El matrimonio sospechoso de la muerte de ocho recién nacidos, cuyos cadáveres aparecieron en dos viviendas de un pequeño pueblo del norte de Francia, fue inculpado el jueves en el mayor caso conocido de infanticidio en este país.

La madre, Dominique Cottrez, enfermera de 45 años, fue inculpada por “homicidios voluntarios de menores de 15 años” por la fiscalía de Douai, que pidió su encarcelamiento preventivo. La mujer podría ser condenada a cadena perpetua.

El padre, Pierre Marie Cottrez, carpintero y concejal de voluntariado de 47 años, fue inculpado por “omisión de denuncia” y “ocultación de cadáveres”. Para él, la fiscalía pidió su puesta en libertad bajo control judicial.

La pareja, apreciada en su pueblo del norte de Francia, Villers-au-Tertre, de tan sólo 700 habitantes, fue detenida el martes e interrogada por la Gendarmería. El jueves a las 09:00 locales (03:00 en Chile) fue trasladada al Palacio de Justicia de Douai. La fiscalía ofrecerá una rueda de prensa a las 14:00 locales (8:00 en nuestro país).

Casi en el mismo momento, este jueves, el cura del pueblo, Robert Meignotte, encendía ocho pequeñas velas frente al portal de entrada de la casa donde vivía la pareja.

“Estoy muy emocionado. Cada domingo bautizo a cinco niños de los 17 pueblos de la parroquia. No se tiran así los niños a una bolsa de basura. No lo entiendo”, aseguró el religioso.

“Pienso en esos pequeños que no pidieron nacer y que horas después fueron arrojados”, agregó el abad.

El sábado, los nuevos dueños de una casa que hasta hace dos años pertenecía a los padres de Dominique Cottrez alertaron a la Gendarmería tras un macabro hallazgo. Cuando estaban a punto de plantar un árbol en su jardín, encontraron los restos de dos recién nacidos en bolsas de basura, enterrados.

La policía, que utilizó cinco perros adiestrados, acentuó las tareas de búsqueda en esa vivienda y en la casa actual de los presuntos padres, un poco más lejos, donde encontraron otros seis cadáveres.

Los vecinos describen al matrimonio como gente tranquila, explicó el alcalde de Villers-au-Tertre, Patrick Mercier.

“Era su tercer mandato. Era voluntario y alguien respetable”, explicaba el jueves el regidor del pueblo a la prensa.

Interrogado sobre la madre dijo que “era una persona que salía muy poco. Que participaba muy poco en la vida” del pueblo y que tenía “un problema de peso”, que podría explicar que sus embarazos pasaran desapercibidos.

“Nadie se dio cuenta de nada”, subrayó Mercier.

Cordiales, serviciales, atentos y corteses, Dominique y Pierre Marie Cottrez son padres de dos hijas veinteañeras, que a su vez tienen niños.

La búsqueda concluyó el miércoles de noche. El jueves, los vecinos de Villers-au-Tertre estaban conmocionados pero sus palabras eran condescendientes hacia la pareja inculpada por lo que podría ser el mayor infanticio conocido en los últimos 30 años en Francia.

El caso más sonado fue el del matrimonio Veronique Courjault, de 41 años, condenada en junio de 2009 a ocho años de cárcel por el asesinato de sus tres bebés recién nacidos en Francia y en Corea del Sur, a espaldas de su marido.

En octubre de 2007, los cadáveres de seis recién nacidos fueron descubiertos en un sótano en Valognes, noroeste de Francia. Su madre, Celine Lesage, de 34 años, confesó que los había matado entre 2000 y 2007.