Los habitantes de la isla Santa María recibieron la alegría y música de la Banda Instrumental del Regimiento Chacabuco. Un momento que les permitió distraerse de lo sufrido durante el terremoto
Ubicada a 29 kilómetros del puerto de Coronel, esta isla de escarpada geografía vivió también las carencias que deja un terremoto. Niños, hombres y mujeres permanecieron por días en los cerros con el temor que el mar volviera a entrar y arrasara con sus vidas.
Más de 2.000 habitantes que viven de la pesca artesanal y de la agricultura en un momento se sintieron solos sin comunicación con el continente y con la desesperación de no saber cuando tendrían ayuda.
A un mes del terremoto la ayuda llegó, las destruidas casas fueron remplazadas por mediaguas que resguardan a cientos de familias. Y esperan también la llegada de nuevas embarcaciones para seguir con la pesca artesanal y retornar a sus pacíficas vidas.
Por ello, reciben con alegría el ruido de los motores del helicóptero, que esta vez no trae alimentos, frazadas ni plástico para la lluvia, sino que trae musica para alegrar nuevamente a los habitantes de esta sureña isla.