Las acciones de la compañía aérea Japan Airlines (JAL) se derrumbaron el miércoles un 81% en la Bolsa de Tokio, perdiendo prácticamente todo su valor ante la perspectiva inminente de quiebra de la aerolínea más grande de Asia, cercada por deudas y pérdidas.

En tanto, el gobierno japonés designó a un emblemático empresario para reorganizar a la moribunda compañía aérea.

La acción de JAL perdió el 81,08% de su valor hasta alcanzar el mínimo técnico autorizado para una jornada y fijado en 7 yenes (7 centavos de dólar), tras haberse derrumbado cerca del 45% la víspera.

Los accionistas salieron desesperados a vender sus acciones, que deberían perder todo su valor en caso de que JAL sea retirada de la Bolsa de Tokio, como anticipan los medios.

Según la prensa, el grupo presentará quiebra el 19 de enero y pasará a control judicial.

“La venta es irresistible”, advirtió el analista Hideaki Higashi, del banco SMBC Friend Securities, estimando que la acción podría caer hasta un yen.

De todos modos, especuladores compraban las acciones apostando a la muy escasa posibilidad de un mantenimiento de la cotización del JAL.

Tras este derrumbe el miércoles, la capitalización bursátil de Japan Airlines es de apenas 19.000 millones de yenes (unos 210 millones de dólares), diez veces menos que el viernes pasado.

JAL será objeto de una reestructuración draconiana por parte de un organismo semipúblico encargado de salvar a las empresas en situación terminal.

Oficialmente no han trascendido detalles de ese plan, aunque la prensa adelantó que incluiría 15.600 supresiones de empleos en tres años, es decir el 30% de los efectivos de la compañía, inyecciones masivas de capitales públicos y préstamos de emergencia.

El gobierno designó el miércoles al hombre encargado de aplicar ese plan: Kazuo Inamori, de 77 años, fundador y presidente honorario del grupo electrónico Kyocera, un importante empresario respetado y cercano al gobierno de centro-izquierda.

“Quiero implicarme en JAL y ayudar a los trabajadores a ser felices”, declaró Inamori al final de una reunión en la que el primer ministro japonés Yukio Hatoyama le propuso el cargo.

Inamori reemplazará al actual presidente del grupo, Haruka Nishimatsu, que debería renunciar apenas JAL presente su quiebra.

A pesar de este anuncio, reina la incertidumbre en cuanto al modo en el que JAL será salvada.

Por el momento, el gobierno solo afirmó que la compañía aérea, que garantiza más del 40% del tráfico interno en Japón, continuará volando con normalidad.

El martes, American Airlines, en competencia con Delta Air Lines para entrar en el capital de la mayor compañía aérea asiática, aumentó en forma importante su oferta de dinero fresco, pero el gobierno japonés no parece convencido de aceptar un rescate financiero por una compañía norteamericana.

Las dificultades financieras que fuerzan a JAL a plantearse la quiebra podrían repercutir en unos 3.000 proveedores y distribuidores directos del grupo en Japón, según un estudio de una gabinete privado.

La ex compañía nacional privatizada en 1987 ya fue salvada tres veces de la quiebra desde 2001 por los poderes públicos. Ha sido víctima de la crisis económica mundial, pero también de una serie de errores estratégicos.