Un estudio que analiza la presencia de medicamentos y drogas ilegales en la península Antártica, detectó cafeína, paracetamol y cocaína en las aguas australes.

Según el medio El País, esto era de esperar ya que “allí donde van los humanos, también van las drogas”.

El estudio señala que esto se debería al alza de turistas, número que oscila entre las 1.000 y 4.000 personas que llegan a la zona donde están la mayoría de las bases científicas.

La investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y coautora del estudio,Yolanda Valcárcel, señaló al medio que “La presencia humana está introduciendo contaminantes no analizados hasta la fecha, los que podrían producir daños en el ecosistema antártico”.

Científicos de diversas entidades, recogieron muestras de agua de arroyos, lagunas, drenajes glaciares y vertidos de aguas residuales sin tratar en las zonas especialmente sensibles, debido al turismo y la presencia de bases científicas.

Las muestras se analizaron en la busqueda de 25 medicamentos, 21 sustancias recreativas y drogas ilegales.

Doce de esas sustancias han aparecido en los análisis, siendo antiinflamatorios y analgésicos los de mayor concentración, presentando un “riesgo alto” a nivel medioambiental. Además de cantidades preocupantes de antibióticos.

De las “sustancias recreativas”, las más presente es la cafeína y seguida de la efedrina. Ambas usadas con fines médicos.

El estudio señala que “la presencia de esta sustancia puede deberse al consumo ocasional incluso fuera de la zona analizada”, por lo que aconseja un mayor control contínuo, debido a los riesgos que puede producir en los ecosistemas acuáticos de la Antártica.

Las especiales condiciones climáticas del continente antártico retardan o dificultan los procresos de degradación microbiana y fotodegradación de este tipo de contaminantes, así lo señaló Luis Moreno, investigador del IGME.