Pese a que Chile es una de las naciones más sísmicas del mundo, el terremoto de magnitud 7,9 que se registró a las 06:31 horas locales en las islas Kodiak, a 250 kilómetros de la costa de Alaska, no fue como los eventos telúricos a los que estamos acostumbrados.

Según el Centro Sismológico Nacional (CSN), organismo a cargo de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, el sismo se generó debido a una ruptura horizontal en la placa del Pacífico, o strike slip.

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En esa línea, y en relación a la pronta cancelación de la alerta de tsunami, el jefe de operaciones del CSN, Sebastián Riquelme, detalló que aquella medida se tomó, precisamente, por la forma en la que las placas reaccionaron: horizontal y no vertical.

“Es como si se frotaran dos ladrillos y en la parte en que va el cemento entremedio se produce el terremoto. Por lo mismo, la posibilidad de tsunami es muy baja”, dijo Riquelme en un comunicado de prensa.

De acuerdo a los especialistas del Grupo de Respuesta Rápida del CSN, el máximo deslizamiento horizontal fue de 10 metros y se concentró en los primeros 25 kilómetros de profundidad, con una duración 60 segundos. Por ello, “el riesgo de tsunami se descartó casi inmediatamente”, dijeron.

De acuerdo a testimonios de habitantes de la zona, el único daño que muchos vieron en sus casas fue sólo “algunas grietas en las paredes”.