El opositor ruso Alexei Navalny fue detenido este lunes antes del inicio de una manifestación anticorrupción no autorizada en el centro de Moscú, punto central de una jornada de movilización de sus partidarios en toda Rusia.

Tras otra masiva movilización el pasado 26 de marzo, miles de rusos volvieron a tomar las calles este lunes -un día feriado en el que el país conmemora su independencia en 1990 antes de la caída de la Unión Soviética- para denunciar la corrupción.

Medios locales y varias ONG informaron que hubo varias detenciones.

La oenegé rusa OVD-Info informó que más de 200 personas fueron detenidas en Rusia. En Moscú fueron arrestadas 121 personas y en San Petersburgo unas 137, según esta fuente. Los periodistas de la AFP presenciaron más de 100 detenciones en San Petersburgo y varias en Moscú.

Los partidarios de Navalny gritaban “¡Vergüenza!” y consignas en favor de la libertad del opositor.

“Putin está en el poder desde hace 17 años, y no piensa irse” denunció uno de los manifestantes en Moscú, Alexandre Tiurin, de 41 años. “Ha usurpado el poder, hay una total ausencia de sociedad civil en el país, los tribunales no funcionan, la corrupción se ha convertido en sistema” agregó.

Detenido frente a su casa

Navalny, de 41 años, que espera presentarse contra Vladimir Putin en la elección presidencial de marzo próximo, fue detenido a la salida de su domicilio moscovita cuando se dirigía hacia esta manifestación no autorizada en la avenida Tverskaya, amplia vía que conduce al Kremlin.

Su esposa lo anunció en la cuenta oficial del opositor: “Hola, soy Yulia Navalnaya. Alexei fue detenido en la entrada del edificio. Me pidió que les dijera que nuestros proyectos no han cambiado: Tverskaya”, dijo aludiendo a la calle del centro de Moscú donde iba a celebrarse la manifestación.

Otro mensaje de la misma cuenta mostraba a varios coches de policía estacionados al pie de un edificio.

Su portavoz, Kira Iarmych, confirmó en su propia cuenta el arresto de Navalny e indicó que se había cortado la electricidad en las oficinas de su organización anticorrupción, desde donde se emitía, por internet, un programa dedicado a las manifestaciones.

En otras regiones de Rusia, miles de personas salieron a la calle, dando lugar a varios arrestos.

Los medios locales informaron que hubo 3.000 manifestantes en Novossibirsk, en Siberia, así como manifestaciones en decenas de ciudades como Krasnoiarsk, Tomsk y Vladivostok.

‘Queremos alternancia’

En Moscú, la concentración prevista a media jornada había sido autorizada en el noreste de la ciudad, pero Alexei Navalny decidió unas horas antes desplazarla a la calle Tverskaya, donde se habían organizado actividades de animación relacionadas con el día festivo.

Según el opositor, el ayuntamiento de Moscú trataba de impedir a todos los proveedores que le alquilaran un escenario y equipos de sonido.

La policía de la capital advirtió que “toda provocación perpetrada por los manifestantes será considerada como una violación del orden público y será inmediatamente reprimida”.

Pero los manifestantes respondieron a la convocatoria del opositor: “Es obvio que iban a detenernos inmediatamente”, reconoció Igor, de 16 años, que llevaba una pancarta (“La corrupción roba el futuro”) y se dijo dispuesto a ser arrestado.

“Queremos alternancia como en todos los países normales”, añadió.

El opositor número 1 del Kremlin ya consiguió que decenas de miles de personas se manifestaran el 26 de marzo, en toda Rusia y especialmente en Moscú, donde la protesta no estaba autorizada.

Esta movilización de marzo, de una magnitud inédita, se produjo tras la publicación por el entorno de Navalny de una película de investigación en la que se acusa al primer ministro Dmitri Medvedev de encabezar un imperio inmobiliario financiado por oligarcas.

La policía detuvo entonces a más de 1.000 personas, entre ellas Navalny, que pasó 15 días entre rejas.