La coalición opositora de Venezuela, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), fue excluida el jueves por la justicia de las próximas elecciones presidenciales, dejando vía libre a Nicolás Maduro para revalidar su mandato.

“SE ORDENA al Consejo Nacional Electoral -CNE- la exclusión de la ‘MESA DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA’ (MUD)”
en un proceso de renovación al que estaban convocados la alianza opositora y los principales partidos políticos que la integran, señala una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

El TSJ -acusado por la oposición de servir a Maduro- autorizó al Poder Electoral a retrasar seis meses un proceso de reinscripción de organizaciones políticas, incluida la MUD y los principales partidos de oposición, previsto para el sábado y el domingo próximos.

En la lista figuran las organizaciones políticas Primero Justicia, del excandidato presidencial Henrique Capriles; Voluntad Popular, del líder opositor Leopoldo López, en prisión domiciliaria; y Acción Democrática, del exjefe legislativo Henry Ramos Allup.

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Ello después de que se negaran a postular candidatos en las elecciones de alcaldes del pasado 10 de diciembre, tras denunciar un fraude en las de gobernadores del 15 de octubre. En ambos comicios arrasó el chavismo.

Los partidos opositores debían recoger firmas que representen 0,5% de los inscritos en el Registro Electoral en al menos 12 de los 24 estados del país. Unas 19 millones de personas están registradas para votar.

La oficialista Asamblea Constituyente impulsada por Maduro, que rige desde agosto como poder absoluto en el país, adelantó las presidenciales, habitualmente realizadas en diciembre, para el 30 de abril a más tardar. El Poder Electoral fijará la fecha exacta.

“El TSJ está anulando la tarjeta de la MUD, la más votada en la historia del país”, dijo a la Agence France-Presse el experto electoral Eugenio Martínez, haciendo referencia al triunfo opositor en los comicios legislativos de diciembre de 2015.

“Vamos a barrer”

Maduro arrancó la campaña por su reelección la víspera, aunque el país atraviesa una de sus peores crisis, con una inflación estimada por el FMI en un estratosférico 13.000% para 2018 -según las previsiones reveladas este jueves por el organismo- y una grave escasez de alimentos y medicinas.

“¡Vamos a ganar las elecciones presidenciales y vamos a barrer!”, clamó Maduro el miércoles durante un acto con trabajadores, poniendo como meta 10 millones de votos.

Analistas y líderes opositores alertaban sobre el posible adelanto de las elecciones presidenciales, alegando que el gobierno buscaría con ello aprovechar las fracturas sufridas por la MUD en los últimos meses.

Sectores de la oposición consideran los diálogos emprendidos por la alianza con el gobierno de Maduro, en República Dominicana, como una “traición” tras protestas opositoras que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio del año pasado.

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También sostienen que la “vía electoral” para solucionar la grave crisis política y económica venezolana está cerrada debido a un “fraudulento” sistema de votación, aunque el gobierno sostiene que es “el más seguro” del mundo.

La decisión de adelantar los comicios presidenciales de la Constituyente, órgano desconocido por la oposición y parte de la comunidad internacional, ha sido rechazada por Estados Unidos y el Grupo de Lima, gobiernos críticos de Maduro encabezados por Argentina, Brasil y México.

Oposición entre dudas

La oposición aún no ha definido un “candidato unitario” para enfrentar a Maduro, aunque según dirigentes como Ramos Allup estarían en disposición de organizar unas elecciones primarias en un lapso de entre cuatro y cinco semanas.

Los principales líderes de la MUD, Capriles y López, están inhabilitados, por lo que la coalición opositora no tiene un aspirante claro.

La decisión del TSJ complica aún más el panorama. “Si se hacen elecciones antes del 30 de abril, no podrían participar Primero Justicia, Voluntad Popular o Acción Democrática, además de la MUD”, apunta Martínez.

Pero el analista también considera que la sentencia abre margen en la negociación entre el gobierno de Maduro y la oposición, que según el líder socialista podría retomarse el 28 y 29 de enero en Santo Domingo, para reprogramar la fecha de las presidenciales.

Los acompañantes de los diálogos habían propuesto a ambas partes fijar las votaciones para el segundo semestre del año, según un documento mostrado por Jorge Rodríguez, principal delegado del gobierno de Maduro.

El presidente de República Dominicana, Danilo Medina, aseguró este jueves que el gobierno y la oposición de Venezuela confirmaron su asistencia a la próxima ronda de conversaciones.

Sin embargo, el parlamentario Luis Florido, uno de los negociadores de la MUD, puso en duda la asistencia de los delegados de la MUD.

“Si el gobierno no está dispuesto a avanzar y no envía señales de querer dar garantías electorales y por el contrario, convoca anticipadamente elecciones (…), no será posible concurrir”, escribió Florido en Twitter.