Compañía Cervecerías Unidas (CCU) acudió a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) argentina a denunciar a Quilmes por “prácticas comerciales desleales” y “abuso de su posición dominante” en el mercado de la cerveza trasandino.

Las acusaciones aseguran que Ab InBev, dueña de Quilmes, condiciona o impide el ingreso de sus competidores con acuerdos de exclusividad con sus distribuidores, a cambio de beneficios como la entrega de productos anexos baratos, o gratis. Así lo aseguró este lunes el espacio económico del diario El Clarín, quien habló de una “guerra” por el control de las góndolas para promover la mercadería en los diferentes supermercados y locales comerciales de Argentina.

CCU, que en el vecino país vende principalmente las marcas Heineken, Bieckert e Imperial, posee un 22% del mercado. Quilmes, por su lado, maneja un 74% (también con las marcas Stella Artois y Patagonia) y niega efectuar estos acuerdos de exclusividad con sus clientes, aseguran que como muchas empresas realizan acciones de merchandising, pero no bloquean la entrada a nadie.

La denuncia de CCU se suma a la de Otro Mundo, una cervecería artesanal que, sin embargo, es su socio comercial. Ellos también denunciaron “dificultades en la llegada de nuestros productos a supermercados, autoservicios y bares”.

Cabe destacar que el contexto del mercado cervecero trasandino es particularmente malo, pues el nivel de consumo cayó a 4,1 litros per cápita, el nivel más bajo de la última década.

En el ambiente -afirma El Clarín- se recuerda que en Chile CCU concentra la misma porción de mercado que Quilmes en la Argentina, y que “perdió un juicio por prácticas desleales y abuso de posición”; así lo advirtió Guido Ferrari, fundador de la cervecera artesanal Berlina, quien no se adhiere a las acusaciones en contra de Quilmes.