Viajar en avión a gran altura podría representar un riesgo para la salud de las personas, según ha indicado la NASA en un reciente estudio.

Un equipo de expertos de la agencia espacial comenzó con la investigación a través del experimento RaD-X (“Experimento de la Dosimetría de la Radiación”) en 2015 en el estado de Nuevo México, cuando usaron un globo de helio para enviar instrumentos a la estratósfera y así analizar los niveles de radiación cósmica provocada por el Sol y el espacio interestelar, a siete alturas diferentes entre 7,9 y 36,5 kilómetros.

Posteriormente los científicos compararon estos datos y notaron un aumento constante de la tasa de radiación a medida que crece la altura. Los resultados fueron publicados en la revista Space Weather Journal.

Los expertos precisaron que los seres humanos están protegidos de esta radiación cuando se encuentran con los pies en la tierra, sin embargo en las zonas de la estratósfera, las partículas de los rayos cósmicos afectan a los objetos.

Esto significa que la radiación cósmica es capaz de romper el ADN y provocar la liberación de radicales, lo que altera las funciones celulares.

Esto quiere decir que las tripulaciones y los pasajeros que vuelan a cierta altitud podrían estar expuestos a cierto nivel de peligro por la radiación.

“Estas mediciones, por primera vez, fueron realizadas en siete distintas alturas, donde la física de la dosimetría es muy diferente”, comentó Chris Mertens, investigador principal de la misión Rad-X del NASA’s Langley Research Center en Hampton, Virginia, según recoge el sitio especializado Science Daily.

Cabe señalar que la radiación es un tema de bastante preocupación para la tripulación que permanece en la Estación Espacial Internacional así como para los astronautas que viajen en un futuro a Marte.

De acuerdo a lo informado por la NASA, esta investigación ayudará a la industria de la aviación a mejorar los modelos meteorológicos espaciales así como también a crear sistemas de control de la radiación cósmica en tiempo real que permita proteger a los seres humanos de la exposición a la radiación en el futuro.

De esta manera los pilotos podrán ajustar sus rutas de vuelo conforme con los datos.