Mañana se celebra el centenario de Gonzalo Rojas, destacado poeta nacional y exponentes de la poesía hispanoamericana del siglo XX.

La celebración de su centenario comenzó hace un año. En el 2016 diferentes homenajes, charlas y publicaciones en diferentes lugares del mundo, permitieron revivir su figura en torno a la poesía y talento magistral, del también académico y profesor.

Uno de los países que recordó el trabajo de Rojas fue España, en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henare, así como también en el Instituto Cervantes, entidad que lo galardonó con el Premio Cervantes en 2003.

Alemania, fue otro de los países que no quizo quedar fuera de la conmemoración a Gonzalo Rojas. En Berlín, a través del Instituto Cervantes, se presentó una antología traducida al alemán. En Frankfurt, se organizó una mesa redonda sobre Gonzalo Rojas y se estrenó un libro que habla de su vida y obra.

Hay que recordar que durante el 2016 – 2017, se realizaron diversas traducciones de sus obras al inglés, francés, alemán, ruso, japonés, sueco, árabe, portugués, y ediciones de antologías en chino e italiano.

Para finalizar este año de conmemoraciones, mañana, la librería Gonzalo Rojas realizará lectura de los poemas más célebres del literato, además de una exposición especial de su vida e hitos que marcaron su carrera.

Contra la Muerte

Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, pero no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.

Gonzalo Rojas