Nuestra agenda cotidiana la maneja el teléfono móvil. Almacenamos los datos de nuestros contactos en el mismo dispositivo o en nuestra cuenta de correo electrónico. Las redes sociales nos recuerdan los cumpleaños de los amigos. Las cuentas las pagamos en línea y el presupuesto lo controlamos con una aplicación o una planilla Excel.

Si bien las tecnologías han automatizado y facilitado algunas tareas cotidianas, ¿nos hemos detenido a pensar qué impacto tiene eso en nuestro cerebro, si ya no es necesario que recordemos números de teléfonos, citas y reuniones o fechas importantes?

El cerebro es un órgano que requiere permanentes desafíos para mantener activo, dinámico, flexible y con capacidad de aprendizaje. Si algunas de sus funciones las dejamos en manos de las tecnologías, “estamos subcontratando habilidades neuronales”, afirmó Mara Dierssen, neurobióloga española, en una entrevista al Diario Sur de España. Para Dierssen, uno de los grandes problemas de la sociedad actual es la ley del mínimo esfuerzo, lo que también se relaciona con el creciente uso de las nuevas tecnologías y cómo estas influyen en nuestro conocimiento. “Antes, para llegar a un sitio tenías que hacer un mapa mental, ahora le dejas esa tarea al GPS” y al hacer esto, agrega, no estamos estimulando el hipocampo, zona del cerebro que ha sido relacionada con la memoria espacial y la navegación.

La experta, que lidera el Centro de Regulación Genómica en España y es miembro de la Federación Europea de Sociedades de Neurociencia, estará en Chile para impartir dos conferencias magistrales en la Universidad Mayor, en sus sedes de Santiago y Temuco, en el marco del Ciclo de Conferencias Internacionales en Ciencia y Tecnología que desarrolla esta institución.

Trabajo que deja huella

Poner atención y el esfuerzo son algunas claves para dejar huellas en el cerebro. Cuando no tenemos que esforzamos por aprender, esos sucesos pasan sin pena ni gloria por nuestro cerebro, explicó la neurobióloga: las personas deben salir, interactuar, estudiar o intentar entender cosas nuevas, ya que así potencian sus capacidades cognitivas y emocionales. La neurobióloga abordará en sus encuentros en la Universidad Mayor una capacidad clave en el cerebro humano, que es la que permite adaptarse a cambios, asimilar nuevos conocimientos y funcionamientos, entre otros procesos: la plasticidad neuronal.

Dierssen ha explicado que los miles de millones de neuronas se interrelacionan y conectan entre sí dando lugar a fenómenos que permiten recordar momentos de la infancia, escribir poesía, interpretar una partitura o resolver problemas matemáticos, señaló a Diario Sur. “Cada vez que aprendes una actividad nueva, la comunicación entre neuronas se hace mucho más rica, porque se crean nuevos contactos. Lo que nos dice la neurobiología es que las cosas que no cuestan esfuerzo no dejan ninguna huella en nuestro cerebro. Lo que sirve, lo que deja huella, es lo que te cuesta”, advierte.

Conferencia gratuita

Actividad: II Conferencia Internacional en Ciencia y Tecnología de la Universidad Mayor
Fecha: miércoles 11 de junio de 2014
Hora: 11.00 horas
Lugar: Auditorium Campus Huechuraba, Camino La Pirámide 5750, Huechuraba.