Aunque la asistencia no fue de las mejores, la Orquesta Sinfónica de Chile, con solistas y el Coro de la Universidad de Chile, lograron un pleno éxito en el estreno del Oratorio Sinfónico Coral ‘El Sueño de Geronte’, del británico Edward Elgar (1857-1934), autor además, de temas tan célebres como las ‘Variaciones Enigma’ y la marcha ‘Pompas y Circunstancias’.

El director estadounidense de origen ruso Victor Yampolsky retornó al podio de la Sinfónica de Chile, para dirigir este estreno del oratorio inspirado en un poema del cardenal John Henry Newman, que refleja la visión católico-romana de la muerte y la inmortalidad del alma.

En la interpretación de esta obra que representa para muchos uno de los hitos principales en la carrera del músico europeo como compositor dramático, brillaron con luces propias, aparte de la Orquesta Sinfónica de Chile, el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, conducido por Juan Pablo Villarroel y los solistas Claudia Godoy (mezzosoprano), Luis Olivares (tenor) y Arturo Jiménez (barítono), los tres en excelente nivel de técnica, aplomo y vocalización (en idioma inglés), para esta presentación de los días viernes 8 y sábado 9, en el Teatro Universidad de Chile.

“Si alguna composición mía es digna de no olvidarse, ésta es”, decía el compositor británico sobre ‘El sueño de Geronte’, considerada por muchos como su obra maestra.

Elgar, uno de los principales autores de la última etapa del movimiento romántico en Europa ,compuso el mencionado oratorio entre 1889 y 1900, siguiendo las pautas que definen a este género como la pieza musical. Esto es que, a partir de un texto normalmente basado en historias de santos o en episodios bíblicos, se utilizan elementos dramáticos, narrativos y contemplativos con motivos didácticos que lleven al espectador a la reflexión.

Un poema del cardenal inglés John Henry Newman, una de las figuras más relevantes de la doctrina católica del último tercio del siglo XIX, fue elegido por Edward Elgar para ‘El sueño de Geronte’. En el texto, el religioso plantea su particular mirada sobre la inmortalidad del alma, en tanto Elgar quiso expresar con su música la justificación, adecuación y difícil equilibrio de su fe católica.

Geronte representa a un ser humano común y corriente, agobiado por las dudas en su lecho de muerte. Un ángel se le acerca durante sus últimos momentos y le revela algunos detalles de la otra vida, incluyendo un vistazo al infierno y culminando con la contemplación gloriosa de Dios. Geronte finalmente logra una transición plácida a la otra vida. La pieza de Elgar destaca por su rico colorido orquestal, la fuerza dramática de los coros, las líneas vocales expresivas de los tres solistas y la luminosidad de la escritura.

Insistimos en que tanto Yampolsky como sus dirigidos de la Sinfónica de Chile, solistas y coro, cumplieron una presentación brillante, de mucha entrega y profesionalismo, que habla muy bien del nivel cultural de los protagonistas y la mano maestra de su director de esta ocasión.