Irán inauguró este martes dos minas que suministrarán uranio a un nuevo complejo de producción de concentrado de ese mineral en la provincia de Yazd (centro), un paso más en su controvertido programa nuclear.

Las dos minas están situadas en Sagand, a unos 100 kilómetros del nuevo complejo construido en Ardakan, con una capacidad de producción anual de 60 toneladas de concentrado de uranio, según la televisión estatal que mostró imágenes de las nuevas instalaciones.

Ese material se transforma luego en mineral de uranio, destinado a producir gas UF6, que luego se procesa en centrifugadoras para enriquecer el uranio.

Irán había anunciado hace una década el descubrimiento de las minas de Sagand, aunque según expertos el mineral que contienen es de pésima calidad.

“En el pasado, dependíamos del exterior para abastecernos en material, pero gracias a dios se ha inaugurado una mina tras otra (…) Ahora controlamos la cadena completa de producción de energía nuclear”, declaró el presidente Mahmud Ahmadinejad en un discurso transmitido en directo por la televisión.

En los años 70, Irán, entonces gobernado por el Sha, había comprado 600 toneladas de concentrado de uranio (“yellow cake”) a Sudáfrica.

RESERVAS “EQUIVALENTES” A 4.400 TONELADAS

En diciembre de 2010, Teherán anunció la producción de su primera partida de “yellow cake” destinado a la producción de uranio enriquecido, a partir de la extracción de mineral de la mina de Gachin, cerca de Bandar Abas (sur).

Irán, que lleva a cabo operaciones de exploración en todo el país en busca de yacimientos de uranio, afirmó en febrero haber descubierto en los últimos años reservas “equivalentes a 4.400 toneladas”.

“Antes, intentaron impedir que poseyéramos la tecnología nuclear y no lo lograron. Ahora que poseemos esa tecnología, nos la quieren quitar de las manos. Por supuesto que no lo lograrán. La única solución que les queda es cooperar con nosotros. Tienen que respetar nuestros derechos”, dijo Ahmadinejad, dirigiéndose a los países occidentales y haciendo referencia a las negociaciones nucleares.

Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) publicado en febrero, Irán produce actualmente uranio enriquecido al 3,5% o al 20% en dos complejos, Ntanz y Fordo (centro).

Las potencias occidentales e Israel, enemigo jurado de Teherán, sospechan que Irán intenta utilizar el uranio enriquecido para fabricar una bomba atómica, escudándose en su programa nuclear civil. La república islámica niega tajantemente esta acusación.

La Unión Europea y Estados Unidos le aplicaron un embargo bancario y petrolero que refuerza unilateralmente las resoluciones de la ONU impuestas a Irán debido a sus actividades nucleares.

Los dos últimos encuentros entre Irán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, China y Alemania) en Ammaty a finales de febrero y principios de abril no aportaron una solución.

Mahmoud Ahmadinejad denunció una vez más que las potencias occidentales “pretenden dirigir el mundo”.

“Cuatro personas se reúnen y dicen `somos los amos del mundo y los demás son esclavos´. Esa época quedó atrás (…) La voluntad de los pueblos vencerá ante las potencias satánicas”, declaró el presidente iraní.

Teherán inauguró además el martes un acelerador de electrones construido en la misma provincia de Yazd y anunció la producción de cinco nuevos medicamentos con isótopos radiactivos, con motivo de la jornada nacional de la tecnología nuclear.