El gobierno argentino desestimó este lunes el valor legal del referéndum que se celebra en las Islas Malvinas, mientras una iniciativa busca juntar un millón de firmas en respaldo al reclamo pacífico de soberanía de Argentina sobre el archipiélago.

“Simbólicamente, queremos llenar la ONU de gente y presentar un millón de firmas en apoyo al diálogo bilateral por las Malvinas”, dijo a la AFP Juan Recce, presidente del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI), impulsor de la iniciativa.

Recce, un filósofo licenciado en Relaciones Internacionales de 33 años, junta firmas con otros voluntarios frente al Obelisco, un punto emblemático y de los más transitados de Buenos Aires.

“Si en las Malvinas los habitantes votan para seguir siendo ingleses, los argentinos reafirmamos con nuestra firma la soberanía sobre las islas”, explica a un firmante Diego Rodríguez, otro voluntario de la ONG Pueblos por Malvinas, que depende del CAEI y que en dos meses juntó unas 100.000 firmas.

“Si es por las Malvinas siempre voy a acompañar a los argentinos y a este país que me abrió sus puertas”, explicó a la AFP Eduardo Ramírez, un peruano residente de 32 años, uno de los tantos transeúntes que frena su paso para rubricar el petitorio.

“Tenemos un profundo sentimiento (por las Malvinas), pero nuestro reclamo tiene un anclaje pragmático”, dijo Recce, al sostener que “el verdadero objeto de disputa es el potencial de recursos” en la zona.

Recce destacó en este sentido las reservas metalíferas mineras de Islas Malvinas, los hidrocarburos y las posibilidades de pesca, entre otros.

La ONG dio este lunes un particular impulso a la recolección de firmas en coincidencia con el referéndum que se celebra en las Islas Malvinas, en el marco de la disputa por la soberanía sobre el archipiélago austral.

En una iniciativa promovida por los residentes del archipiélago, 1.672 votantes fueron convocados para el domingo y este lunes para decir si desean seguir siendo un territorio ultramarino de Gran Bretaña.

“Esto no se trata de un pueblo colonizado, se trata de territorio colonizado, ya que en 1833 habían argentinos viviendo ahí que fueron expulsados”, advirtió el lunes el senador oficialista Daniel Filmus, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta.

Filmus ratificó que el Senado rechazará el referéndum en una sesión el miércoles y advirtió que “América Latina, como los países de África, como los árabes y asiáticos no dan lugar a dudas. Ni siquiera Estados Unidos apoya el referéndum, se ha declarado neutral”.

El referéndum “es una maniobra mediática y dilatoria. Es una maniobra sin ningún valor legal, no ha sido convocado ni supervisado por Naciones Unidas”, dijo la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, a la radio La Red de Buenos Aires.

Castro advirtió que “es un referéndum entre habitantes británicos, convocado por británicos, para que digan si quieren que el territorio donde viven sea británico”.

“Son británicos. Respetamos su modo de vida, su identidad. Respetamos que quieran seguir siendo británicos, pero el territorio en el que habitan no lo es”, añadió.

Argentina reclama por vía diplomática la soberanía sobre el archipiélago austral, luego de que en 1982 se enfrentara en una guerra con el Reino Unido con un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos.

La embajadora en Londres negó además que exista hostigamiento por parte de Argentina contra los habitantes de Malvinas y recordó que en su país “está la más grande colonia de descendientes británicos de América latina”, en alusión a una comunidad estimada en 200.000 personas.

El senador oficialista Aníbal Fernández, exjefe de Gabinete de la presidenta Cristina Kirchner, también le quitó entidad al referéndum al considerarlo un “truco de publicidad” del primer ministro británico, David Cameron, con “valor cero”.

“La realidad es que (el referéndum) tiene valor cero. Nunca habrá derecho a la autodeterminación, porque estamos hablando de una población implantada” en las islas luego de que Gran Bretaña ocupara el archipiélago en 1833, dijo Fernández en declaraciones al canal Telefé.

Insistió en que “es todo una ‘paparruchada’ (desatino). En términos británicos, un truco de la publicidad inventado por el primer ministro con un gesto politiquero de muy baja estofa (calidad)”.