Silvio Berlusconi habría incitado a mentir a la justicia al empresario Gianpaolo Tarantini, quien entre 2008 y 2009 gastó casi 29.000 euros para recompensar a las muchachas que enviaba a las fiestas del jefe del gobierno, indica este martes la prensa italiana.

Berlusconi podría ser encausado por la fiscalía por haber pedido a Tarantini que mienta en la investigación del caso de las prostitutas de Bari (Pullas, sur), reclutadas por el empresario para animar sus fiestas, según los medios, que citan una decisión tomada la víspera por el tribunal de Nápoles.

De confirmarse esto, Berlusconi, que ya está implicado en varios otros casos judiciales, podría ser puesto bajo investigación.

Según la prensa italiana, el tribunal de Nápoles determinó que la fiscalía de Bari era competente para investigar el caso, y también decidió poner en libertad a Tarantini, que podrá dejar está noche la prisión de Poggioreale (Nápoles), donde está encarcelado.

Esta decisión acrecienta la presión sobre el jefe de gobierno, que hasta ahora no había sido procesado por este caso, en el que sólo era testigo, en la medida que recurrir a prostitutas no es un delito en Italia.

Según la prensa, la investigación de Bari reveló que Tarantini pagó a una treintena de jóvenes para que aceptaran asistir a las veladas de Berlusconi en sus residencias privadas en Roma y Arcore, cerca de Milán, entre el 10 de julio 2008 y el 29 de abril de 2009.

Berlusconi había vuelto al cargo de primer ministro tras la victoria del centro-derecha en las elecciones legislativas de 2008.

Si las invitados pasaban la noche en la cama del jefe de gobierno Tarantini le pagaba 1.000 euros, pero según las intercepciones telefónicas publicadas por los diarios, algunas recibían una prima de mano del mismo Berlusconi: sobres con billetes de 100 euros.

Según las intercepciones, había al menos cuatro o cinco muchachas por noche y Tarantini debía estar siempre reclutando nuevas. El contratista de Bari les pagaba el transporte y alojamiento, al tiempo que les hablaba de apariciones en los canales de televisión privados o una carrera como actriz.

Otras intercepciones dan cuerpo a la tesis de la fiscalía, en el sentido de que el objetivo de Tarantini era conseguir, en las veladas de Berlusconi, contactos de alto rango con miras a conseguir contratos con las empresas del Estado como Finmecannica, para sí mismo o para cómplices.