El emperador de Japón Akihito y la emperatriz Michiko se desplazaron este miércoles a las zonas devastadas por el tsunami en el noreste del archipiélago para visitar a los supervivientes que han perdido sus casas por la catástrofe.

Los emperadores hablaron con algunas familias refugiadas en un centro de evacuación de la ciudad costera de Minamisanriku, en la prefectura de Miyagi.

“¿Cómo están ustedes? ¿Cómo está su salud?”, preguntó el emperador, de 77 años.

Minamisanriku, una de las más castigadas por la catástrofe, tenía 20.000 habitantes antes del terremoto y del tsunami del 11 de marzo.

Desde entonces han sido encontrados 496 cuerpos y oficialmente hay 656 desaparecidos. El tsunami destruyó más de 3.800 viviendas en esta ciudad, lo que ha obligado que unas 6.000 personas hayan tenido que refugiarse en un centro de evacuación.

Los emperadores visitaron en las semanas posteriores al desastre centros de acogida situadas más al sur, pero es la primera vez que se desplazan al corazón de la zona azotada por el sismo y el tsunami.

Está previsto que Akihito y Michiko visiten la próxima semana las prefecturas de Iwate y de Fukushima para conocer el testimonio de ciudadanos obligados a abandonar su hogar por la crisis nuclear.

El tsunami del 11 de marzo desencadenó una avería en los circuitos de refrigeración de la central de Fukushima Daiichi, provocando importantes fugas radioactivas. Unas 80.000 personas han sido evacuadas en un radio de 20 km alrededor de la central.

“Símbolo de la nación” según la Constitución, el emperador -que no tiene ningún poder político- pronunció un discurso televisado excepcional cinco días después del violento sismo, declarándose “profundamente preocupado” por la situación en la central nuclear.