Probablemente, la primera vez que viste una fotografía o réplica de una estatua clásica -como “David” de Miguel Ángel- te fijaste en cierto detalle, pero no te atreviste a preguntarle a la profesora, tu madre o el guía turístico. O tal vez, incluso bromeaste con el tema sin preguntarte si había una razón más profunda tras ello. Pues, la hay.

Según explicó la experta en arte histórico de la Universidad de Sidney, Ellen Oredsson, en su blog How to talk about art history (Cómo hablar de Historia del Arte) los hombres de las esculturas antiguas no eran muy dotadas porque “los valores culturales sobre la belleza masculina eran completamente diferentes en aquel entonces”.

David de Miguel Ángel

David de Miguel Ángel

“Hoy en día, los penes grandes son vistos como valiosos y viriles, pero en aquel entonces, la mayoría de la evidencia apunta al hecho de que los penes pequeños se consideraban mejores que los de mayor tamaño”, señala.

Ella explica que el historiador Kenneth Dover en su libro Greek Homosexuality (Homosexualidad griega) sugiere que los pequeños penes fueron valorados culturalmente más que los grandes, porque éstos últimos se le asociaban características negativas muy específicas: la estupidez, la lujuria y la fealdad.

Laocoonte y sus hijos

Laocoonte y sus hijos

De hecho, ella dice que hay algunas esculturas griegas más dotadas, pero todas se asocian a criaturas mitológicas cuyas características eran la fealdad y el desprecio.

“Todas las representaciones de penes grandes en el arte griego antiguo y la literatura se asocian con hombres lujuriosos, tontos, o sátiros de tipo animal. Mientras, el hombre griego ideal era racional, intelectual y con autoridad. Aunque puede haber tenido mucho sexo, esto no estaba relacionado con el tamaño del pene, ya que su pene pequeño le permitía ser fríamente lógico“, de acuerdo a las creencias de la época, explica la especialista.

Priapus

Priapus | Escultura asociada a rasgos negativos

Por otro lado, la fotógrafa Ingrid Berthon-Moine, que tomó imágenes en primer plano de los testículos de estatuas griegas como parte de su serie Marbles, dio luces de esto. “La Antigua Grecia era una cultura muy machista. Estaban a favor de pequeños genitales porque, a diferencia de los grandes órganos sexuales, mostraban a un varón autocontrolado en materia de sexualidad“, señaló.

De hecho el griego Aristófanes describe el ideal masculino en su obra Las Nubes, donde dice que éste tiene “un buen pecho, una tez clara, anchos hombros, una lengua moderada, glúteos fuertes, y un pene pequeño”.

En tanto, la historiadora de arte Anna Tahinci escribió en un artículo en la revista académica Sculpture Review, donde señala que la desnudez en la antigua Grecia y Roma fue “vista como la forma perfecta para la representación escultórica del cuerpo humano”, asegurando que “en consecuencia, la desnudez en la escultura llegó a representar los ideales de inocencia y pureza”.

Otro que se refirió al tema fue Frederick M. Hodges, investigador de la circuncisión, quien señaló en un artículo académico que el pene erecto y al descubierto habría sido considerado deshonroso, y por lo tanto, en la mayor parte del arte antiguo, los genitales masculinos se muestran retraídos y pequeños.