La reciprocidad es fundamental para que una relación funcione y perdure en el tiempo. Así lo afirma Mario Guerra, experto en relaciones para Match.com, quien indica que “el dar y recibir es un eje fundamental que crea un entorno de generosidad y confianza entre dos personas que se aman”.

Por eso es que surgen problemas cuando uno de los dos siente que el balance se rompió y comienza a pensar que da más de lo que recibe.

“Por ejemplo, has tenido algunos detalles cariñosos con tu pareja que ni siquiera ha notado y menos te ha agradecido. Por supuesto, no le quieres decir nada porque, según tú, si le importara, por sí misma/o se habría dado cuenta de lo que tú le das”, dice Guerra, añadiendo que “entonces empiezas a ser una persona más observadora y te das cuenta que no es la primera vez; haces un recuento de la relación para darte cuenta que te sientes en números rojos. Empiezas a sentirte humillado, tonto y abusado por tu pareja y su aparente desamor y desinterés por ti”.

Pero, ¿Es verdad que has sido la víctima de una pareja que no ha hecho otra cosa que abusar del amor que sientes por ella?

Guerra dice que aunque no es imposible que esto pase, lo más probable -y frecuente- es que esto sea producto de algunos fantasmas que viven en tu interior.

“Baja autoestima, inseguridad y miedo al abandono se convierten en pequeños duendecillos que distorsionan tu percepción y te ponen grandes lupas para unas cosas y lentes oscuros para otras. Tu atención se vuelve selectiva y empiezas a fijarte sólo en lo que no te gusta. Pero no sólo eso, también empiezas a llevar una contabilidad minuciosa de lo que has invertido emocionalmente en la relación, lo poco que has recibido. Para colmo, aquello que tu pareja te da te parece poco para la sed de amor y reconocimiento que tienes ya desde hace un rato”, enfatiza.

Si estás en esta situación, Guerra recomienda determinar si realmente estás en una relación ingrata y antes de tomar cualquier decisión, implementes las acciones útiles que menciona a continuación:

1. Hagan memoria

“¿Has tenido esta sensación en relaciones pasadas? Quizá siempre sientes que te dan menos porque tú acabas dando de más. Otra posibilidad es que tu necesidad de amor no se satisface con nada, por más que te has vendido la idea de que tú ‘con poquito te conformas’ y que ‘nunca pides nada a cambio’”, dice Guerra.

El especialista señala que si esta sensación no es nueva, quizá la mejor idea sea buscar ayuda de un buen psicoterapeuta.

Él dice que debes preguntarte si: “¿Tu pareja ha cambiado o siempre fue así? Sé objetivo y plantéate si esto es algo reciente o más bien ya venía sucediendo desde el inicio de la relación”.

Guerra comenta que probablemente tu pareja no es tan expresiva como tú lo deseas o no lo hace en los códigos que para ti son los esperados. Pero si sientes que el cambio ha sido repentino, lo mejor es pasar al siguiente paso.

2. Conversen

“Es necesario comunicar a tu pareja cómo te sientes, pero cuidado; no lo hagas desde el clásico ‘es que yo te quiero más, por eso yo doy todo’ hasta el no menos conocido ‘soy un tonto cuyo único pecado ha sido quererte’. La verdad que el drama queda mejor para el teatro y aquí hablamos de comunicación entre adultos”, dice el especialista.

Guerra recomienda hablar únicamente de lo que sientes, le des algunos ejemplos y los cambios que has notado, si es el caso.

“Finalmente realiza peticiones concretas de los cambios que te gustarían y prepárate a escuchar su punto de vista acerca de lo que le has expuesto. No se trata de ver quién tiene la razón, sino de que ambos encuentren una mejor manera de comunicarse para ambos”, puntualiza.

3. Sin cuentas o Cincuentas

Guerra afirma que caer en esquemas de reciprocidad de 50%-50%, es desafortunado, porque no siempre funciona así. “El 100% en las relaciones es flexible y a veces, por ejemplo, es 60%-40% y otras a la inversa, dependiendo de la personalidad y las circunstancias de cada uno”, explica.

“Es más eficiente pensar que lo que tu pareja está dando es su máximo y no que entres en suspicacias acerca de que algo se está reservando por tacaño emocional o que podría dar más y no quiere. Aquí la cuestión es que pienses que eso que te da es lo que puede dar y luego hazte la pregunta ¿me es suficiente? No se trata de que vivas en carencia afectiva, pero exprimir la naranja hasta el punto de triturarla, hará un jugo un tanto amargo”, enfatiza.

4. Fluyan

Por último, el especialista señala que una relación es “para compartir y disfrutar todo lo bueno que hay en dos personas que se aman”. Por eso, si empezamos a hacer contabilidad, a acumular deudas y a restringir nuestro amor hasta que el otro “ponga su parte” no se llegará a un buen puerto.

“Fluyan en un clima de buena voluntad, de un dar y recibir aceptando capacidades y limitaciones. Nadie tiene por qué desangrarse por el otro ni puede dar lo que no tiene”, comenta.

Guerra dice que la comunicación en pareja no es sencilla, pero cuando abrimos temas importantes como estos, sin ataques, defensas y con la voluntad de encontrar soluciones, el resultado suele ser muy satisfactorio para ambos.