El robot submarino enviado para sondar el lecho del Océano Índico en busca de los restos del Boeing 777 de Malaysia Airlines examinó infructuosamente los dos tercios de la superficie delimitada, indicaron este lunes las autoridades australianas.

“Bluefin-21 registró aproximadamente dos tercios de la superficie de la zona delimitada”, indicó el Centro Conjunto de Coordinación de las Agencias (JACC), encargado de organizar la búsqueda del vuelo MH370 que desapareció el 8 de marzo con 239 personas a bordo. “Por ahora no se ha encontrado nada”, precisó.

El robot “barre” una zona restringida, delimitada gracias a la detección de señales compatibles con las emitidas por las baterías de la caja negra.

La zona se sitúa a unos 1.700 km al noroeste de Perth, la gran ciudad de la costa occidental australiana. Estas señales fueron captadas hace varios días, por satélites y barcos de operaciones de búsqueda, antes de que se acaben las baterías de las cajas negras.

Bluefin-21, que tiene la forma de un torpedo de 5 metros de largo, se sumergió más de ocho veces en casi una semana, durante varias horas en cada oportunidad, y bajó más allá de la profundidad máxima (4.500 metros) recomendada por sus fabricantes. Este lunes comienza su novena inmersión.

En la superficie, unos diez aviones examinan las olas, con ayuda de once navíos, en busca de restos que pudieran provenir del aparato desaparecido. Pero hasta ahora, su búsqueda no ha dado resultados.

Decenas de restos fueron descubiertos hace unas tres semanas por imágenes de satélites, pero ninguno de los trozos recuperados pertenecía a un avión. El primer ministro australiano Tony Abbot había indicado la semana pasada que las búsquedas con el robot submarino sólo durarían algunos días, aproximadamente una semana.

El vuelo MH370 realizaba el enlace entre Kuala Lumpur y Pekín el 8 de marzo por la mañana cuando desapareció de las pantallas de radar civiles una hora después de su despegue.

Las circunstancias de su desaparición siguen siendo un misterio. Según los datos obtenidos gracias a los satélites, los expertos piensan que el aparato cayó en el sur del Océano Índico, cerca de la costa occidental australiana.