Una extraña pero efectiva medida para detener el juego ‘brusco’ en un partido en Argentina se observó el pasado domingo, durante una nueva edición del ‘clásico de La Plata’ entre Estudiantes y Gimnasia.

Lo anterior, ya que el árbitro Carlos Maglio, cansado de sacar la tarjeta amarilla paras amonestar jugadores de ambas escuadras (llevaba cuatro por bando), decidió “eliminar” la citada cartulina cuando aún quedaban 15 minutos para que el pitazo final.

Así fue, créalo. El juez ‘le sacó la roja a la amarilla’ y concluyó dirigiendo el encuentro con la tarjeta que envía a los futbolistas a camarines, pues la amarilla acabó en las manos del cuarto árbitro, Ariel Penel.

“Ésta no va más”, sentenció Maglio, quien no ocultó su fastidio por lo ocurrido al final del encuentro. “No podíamos terminar con todos los jugadores amonestados, ya era suficiente”, declaró tras el cotejo el juez central.

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