Se cerró el diario La Nación, propiedad del Estado de Chile en un 61%. Ahora se entregó al mejor postor –la Universidad Diego Portales- su archivo periodístico y fotográfico, de más de 90 años.

Esto –licitar tan valioso archivo histórico- lo ha posibilitado el Gobierno de Chile justo cuando la Biblioteca Nacional cumplió doscientos años (celebrados con una muy buena comida tipo matrimonio –aunque sin mucho trago- para los invitados que repletaron la enorme sala de lectura del segundo piso) y la notable página www.memoriachilena.cl llegó a los 10 años.

Es que lo importante, para algunos, no es de quién sean las cosas, sino del servicio que presten y de los costos. Y mejor, mucho mejor, si no es del Estado, del que siempre se duda.

Lo grave de la situación es que la Biblioteca Nacional lleva muchos años mejorando notablemente su gestión, ha obtenido varios reconocimientos por esto como por los servicios que entrega, pero eso no es suficiente para confiar en ésta, una de las primeras instituciones republicanas del país.

Tampoco sirvió la gran labor de memoriachilena.cl, la principal página en internet que difunde nuestra cultura y patrimonio. Tampoco los grandes avances del último tiempo, tan alabados por las autoridades en la celebración de su aniversario.

¿Será que a veces los instintos de vender, de vender cualquier cosa, las fotos de los abuelos, la pipa del padre, la medallita de la madre o las raíces de los hijos (esas que impiden ser a ratos jaguar, o paltón, o flaite, o turista en el destino de moda), son más fuertes? ¿Será que nuestra verdadera identidad es ser vendedores de todo, de cualquier cosa, mientras sea ahora y en contante y sonante?

El Estado de Chile ha vendido –a veces sin siquiera darse cuenta- archivos tan importantes como el de Chilectra y Gasco, reparticiones que alguna vez fueron públicas y tuvieron un registro sistemático de su labor. Pero el de La Nación es posiblemente el único archivo periodístico relevante que estaba en manos del Estado.

Otro broche –que se suma a la mala propuesta de Ministerio de la Cultura y el pésimo proyecto para modificar el Consejo de Monumentos Nacionales- para desear que, en materia de cultura y patrimonio, el Gobierno se vaya de vacaciones ahora y hasta el 11 de marzo.