En nuestro país cada año fallecen aproximadamente 1.300 mujeres por cáncer de mamas, cifra que se ve aumentada particularmente por falta de prevención. Y en el caso de los hombres, el cáncer de próstata cada año es responsable de la muerte de 1.500 chilenos.

Detrás de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer es la segunda causa de muerte más común en Chile, por lo cual siempre se hace necesario conocer cómo prevenir este mal, especialmente con una alimentación saludable.

En ese sentido, una investigación realizada por el Instituto de Investigación Alimentaria en el Reino Unido, descubrió que las personas que consumen mayor cantidades de frutas y verduras tienen menos probabilidades de desarrollar algún tipo de cáncer.

Lo anterior, debido a un ingrediente gelificante natural de las frutas y las hortalizas llamado pectina, que también está presente en las mermeladas, según publica Muy Interesante.

Aunque de toda la comida “verde”, la más saludable es el brócoli gracias al sulforafano que posee, cuyas propiedades antioxidantes permite a los genes detener el crecimiento de tumores malignos.

Respecto a las carnes, The American Journal of Medicine publicó un estudio de científicos chinos que asegura que alimentarse con carne de pescado disminuye en hasta un 12% el riesgo de padecer cáncer de colon.

ALIMENTOS EN “ZONA ROJA”

En contraposición, los expertos estimaron que el consumo de embutidos en mujeres estaría relacionado directamente con el cáncer de ovario, debido a la presencia de nitrosaminas y nitrosamidas.

Incluso, se sugiere que el consumo en exceso de completos, podría estar directamente relacionado con el aumento de casos de leucemia en niños.

Además, se advierte que el cáncer de próstata, de mama y al páncreas, tendría directa relación con el alto consumo de carnes rojas.

Por otro lado, un estudio publicado por la revista British Medical Journal, advierte respecto a la temperatura de los líquidos que se consume. De acuerdo al estudio, beber agua con una temperatura superior a los 60 grados centígrados provoca un abrasamiento de las células que recubren el esófago, por lo que no extrañaría que a lo largo del tiempo se desarrolle un cáncer.

Incluso, los investigadores indicaron que consumir líquido a una temperatura superior a 70 grados, la posibilidad de padecer este mal se multiplica por ocho.