El hijo de Sakineh Mohammadi Ashtiani, la iraní acusada de adulterio y complicidad de asesinato, amenazada de ser ejecutada por lapidación en su país, estimó que únicamente una movilización constante podrá salvar a su madre, en una entrevista con el diario francés Libération.

Sakineh Mohammadi Ashtiani

Sakineh Mohammadi Ashtiani

“Se los ruego, no la abandonen. Son ustedes, una vez más, quienes nos tienden la mano. Si no fuese por ustedes, mi madre ya estaría muerta”, implora Sajjad, de 22 años, en una entrevista con el filósofo Bernard-Henri Lévy que será publicada el viernes en Libération y en la página web de la revista “La règle du jeu”, y de la cual la AFP obtuvo una copia.

La condena a muerte por lapidación de esta iraní de 43 años ha desatado una vasta campaña internacional para evitar ese castigo que ha sido provisionalmente suspendido. “Pero suspendido no quiere decir anulado”, insiste Sajjad.

Para intentar salvar a Sakineh, el filósofo Bernard-Henri Lévy lanzó una petición que ha superado las 51.000 firmas, según el sitio internet laregledujeu.org

El hijo de Sakineh describe las condiciones “muy duras” de detención de su madre en Tabriz (oeste de Irán) donde “es sometida a interrogatorios incesantes de parte de los servicios de inteligencia iraníes”.

Como lo habían afirmado ya los dos abogados de Sakineh, Sajjad asegura que su madre “ha sido violentada” antes de hacer su confesión, el 11 de agosto, en la televisión estatal iraní, diciendo que el hombre con el que había tenido relaciones íntimas había matado a su marido delante de ella.

“Las autoridades necesitaban esas confesiones con el fin de poder reabrir el expediente del asesinato de mi padre”, explicó.