Por fin los adolescentes encontraron una buena respuesta a las quejas de sus profesores cuando se desconcentran en clases … ¡tienen mucha materia gris! Lo que, de acuerdo al último estudio sobre neurobiología, desmiente que tus hijos se distraigan en clases porque se fijan más en sus compañeros que en los cuadernos.

Concentración Vs Materia Gris

Concentración Vs Materia Gris

Según la investigación, publicada hoy en el Journal of Neuroscience, no es su culpa que se queden mirando el techo cuando el profesor de física les explica algo o que incluso les cueste más despejar un problema matemático, como explicaron en Guardian.

Ahora se sabe que lo anterior se debe a que sus cerebros se asemejan más al de un niño que al del adulto en el que se están convirtiendo, por lo que se demostró que la adultez es la etapa en que más de desarrolla el cerebro humano.

En palabras de una de los investigadoras, la inglesa Irose Dumontheil, no depende de ellos concentrarse y no distraerse: “Más bien tiene relación con la estructura de sus cerebros. Los adolescentes simplemente no tienen las mismas capacidades mentales que un adulto”.

Pero ¿cómo descubrieron que se debe a un exceso de materia gris? Todo parte por la elevada actividad que presentan en la corteza prefrontal -parte del cerebro que se ocupa para tomar decisiones y hacer variadas tareas al mismo tiempo-.

Junto con esto, y manejando la información de estudios anteriores sobre que esta parte cerebral funciona de manera caótica en los niños, los científicos descubrieron con sorpresa que también se produce caóticamente durante la adolescencia, lo que produce su retraso en las respuestas pese a que se les exija más por ser “mayores”.

El proceso caótico en la toma de decisiones es producto de que los adolescentes tienen mucha materia gris y, por ello, la capacidad para transportar mensajes es menos eficiente -a medida que se tiene más de esta materia cuesta más realizar dichas funciones-. Sólo en la adultez, al paso que envejecemos, ésta comienza a descender en cantidad y nos concentramos con mayor rapidez.

En conclusión, explicó Durmontheil, en la etapa de la adolescencia las personas gastan casi en vano sus recursos y energía cerebrales, por lo que su proceso mental al decidir se ve afectado de forma negativa.