El presidente estadounidense Barack Obama abrió este lunes una histórica cumbre de seguridad nuclear para que los materiales radiactivos no caigan en manos de terroristas, afirmando esperar acciones “concretas” como resultado.

Los dirigentes de unos 50 países y organizaciones internacionales se dieron cita en un centro de convenciones del centro de Washington, una ciudad sometida a extremas medidas de seguridad para esta cumbre excepcional por su amplitud.

Obama se ocupó de recibir y saludar personalmente a cada uno de los líderes que llegaban para una cena de trabajo a puertas cerradas este lunes, con lo que se dará por iniciada la cumbre, tras varios encuentros bilaterales en el correr de la jornada.

Más temprano, el presidente dijo a periodistas en la Casa Blanca que esperaba “acciones específicas, concretas” como resultado del encuentro.

Obama dijo que las diversas consultas bilaterales desarrolladas con otros líderes han sido “impresionantes”.

“Pienso que es una señal de cuán profundamente preocupados deberían estar todos ante las posibilidades del tráfico nuclear”.

“Pienso que al final de esto vamos a ver acciones muy específicas y concretas de cada país para que el mundo sea un poco más seguro”.

El domingo había advertido que “organizaciones como Al-Qaida están en proceso de tratar de hacerse de un arma nuclear, un arma de destrucción masiva que no tienen reparos de utilizar”.

Ucrania dio el primer paso al anunciar poco antes del inicio oficial de la cumbre, a las 17H30 (21H30 GMT) que quería “sacarse de encima todas sus reservas de uranio altamente enriquecido antes de la próxima cumbre sobre seguridad nuclear, en 2012″, dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.

Gibbs hizo ese anuncio tras un encuentro bilateral de Obama con el presidente ucraniano Viktor Ianukovitch.

El objetivo de Obama es que todos los países con capacidad o equipamiento nuclear se comprometan a detectar y poner bajo control sus reservas de material, con la colaboración de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), en un plazo de cuatro años.

Obama también propone que se cree un banco internacional de combustible nuclear para el reciclaje de los materiales más peligrosos, como el uranio enriquecido.

Pero un tema paralelo que suscita tanto interés como la inestabilidad nuclear es Irán, sospechoso a pesar de sus negativas de querer dotarse de armas nucleares bajo el amparo de un programa civil.

La comunidad internacional debe enviar un “claro mensaje” a Irán, expresó la Casa Blanca tras otra bilateral de Obama, esta con el primer ministro malasio, Najib Razak, que secundó ese llamado.

Tras reunirse con su par estadounidense, el presidente chino Hu Jintao dijo por su parte que había que mantener el diálogo con Irán.

La cumbre se desarrolla después de la firma la semana pasada del nuevo acuerdo START de reducción de armas estratégicas entre Estados Unidos y Rusia, y de la presentación de una nueva doctrina nuclear de Washington que restringe el uso de las armas nucleares.

A pesar del éxito diplomático del acuerdo START, Obama deberá convencer ahora a los líderes que acuden a Washington de que ejerzan liderazgo en un tema mucho menos prioritario para la mayoría de ellos.

La ausencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también podría complicar la cumbre.

Obama, sin embargo, parece gozar de buena sintonía con el ruso Dimitri Medvedev tras un periodo inicial de frialdad.

Medvedev fue el último en arribar a Washington, justo a tiempo para participar en la cena de trabajo.

Del lado latinoamericano son cuatro los líderes que acuden a la cumbre: la argentina Cristina Kirchner, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el chileno Sebastián Piñera y el mexicano Felipe Calderón.

“América Latina es el único continente en el mundo sin armas nucleares, es un ejemplo excelente para el resto del mundo”, dijo Piñera este lunes en un discurso en un centro de análisis de Washington.

El jefe de gobierno español y actual presidente de la Unión Europea, José Luis Rodríguez Zapatero, también participa en la reunión.