Cuando se trata de romance, el contacto visual es primordial. Pero, entonces, ¿por qué tanta gente cierra los ojos cuando tiene relaciones sexuales? ¿cuál es la diferencia?

Al respecto, el doctor en filosofía Aaron Ben-Zeév, autor de varios libros sobre el amor de pareja, publicó una columna en el portal especializado Psychology Today donde reflexiona sobre la importancia del contacto visual en las relaciones sexuales.

“Los ojos han sido considerados como el espejo de nuestra mente. San Agustín llamó a los ojos ‘las ventanas del alma’. Descartes argumentó que no hay pasión alguna que una expresión particular de los ojos no revele. Los ojos son cruciales para comunicar nuestras emociones. No es de extrañar que los ojos sean los órganos que liberan lágrimas, que generalmente son producidos por emociones intensas”, comenta el profesional.

“Muchas canciones de amor expresan el papel de los ojos en el romance. En el amor, los ojos hablan más que las palabras. Son los ojos, más que los genitales o el corazón, los que pueden ser el canal principal a través del cual se comunica el amor”, añade.

Un estudio realizado por la investigadora Mylene Bolmont y publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos demostró el rol que juega la mirada en las interacciones sociales y la captación de la atención. La experta junto a su equipo concluyó que las fijaciones oculares que son más largas y más frecuentes se consideran una indicación de interés genuino, incluido el de tipo romántico. Para la especialista, la mirada mutua es uno de los indicadores más confiables de amor entre las parejas, y también ayuda a diferenciar el amor de la lujuria. Cuando se trata de amor, las miradas no sólo son más largas, sino que son más hacia la cara que al cuerpo. En el caso de lujuria, es al revés.

Pero, entonces, ¿es malo cerrar los ojos durante el acto sexual?

Ben Zeev dice que cerrar los ojos durante el sexo no es un hábito universal, no lo hacen todas las personas, todo el tiempo. Él cree que depende de cada individuo y las circunstancias.

Por ejemplo, para algunos tener los ojos abiertos les distrae y no les permite prestar atención a la sensación física, otros los cierran un momento y luego los abren porque les gusta ver el cuerpo y movimientos de la pareja.

Otros suelen abrir más los ojos en una relación sexual cuando la intimidad es más profunda, porque quieren mirar a los ojos a su pareja y establecer una conexión. Asimismo, hay quienes indican que los abren un momento y después los cierran cuando se acercan al clímax para concentrarse en la sensación.

“A pesar del papel esencial del contacto visual en el amor, cerrar los ojos durante las relaciones sexuales es común y se expresa mediante diversos hábitos, como tener relaciones sexuales con la luz apagada y ser excitado por las relaciones sexuales con los ojos vendados”, comenta el experto explicando que no se trata de algo bueno o malo.

El rol de la imaginación

Ben Zeev dice que tanto el amor romántico como el deseo sexual implican el uso de la imaginación. Cuando se trata de amor, la imaginación incluye ilusiones positivas, mientras que en el sexo, las fantasías son más centrales. “Una diferencia entre ellos es que en las ilusiones no conocemos la falsedad del contenido imaginado, mientras que en las fantasías lo hacemos. El significado de la imaginación puede medirse a partir del impacto sobre nosotros”, expresó.

“Las fantasías son esenciales en el deseo sexual, ya que ofrecen una manera efectiva de hacer frente a las limitaciones personales, los límites normativos y las limitaciones externas. Las fantasías sexuales tienen la función de evitar la información negativa y agregar datos positivos (…) al igual cuando al ver una película, tratamos de entrar en un modo de desapego, para no distraernos. Además, siempre puedes fantasear con los encuentros más extravagantes realizados exactamente de la manera que desees y precisamente con quienes más desees. Dados los poderes afectivos de la imaginación, no es de extrañar que muchas mujeres digan que pueden alcanzar el orgasmo solo con la fantasía, sin ninguna estimulación física”.

Por lo mismo, cerrar los ojos, para algunos sirve para dar rienda suelta a la imaginación.

Sexo con luces encendidas y apagadas

Tener sexo con las luces apagadas es similar a hacerlo con los ojos cerrados, pero muchas veces tiene que ver con otros factores distintos.

“La investigación sugiere que tener relaciones sexuales con las luces encendidas puede llevar a una mejor relación sexual”, consigna Aaron. “La exposición a la luz ayuda a aumentar los niveles de testosterona en los hombres y aumenta la satisfacción sexual”, complementa. “Sin embargo, en una encuesta que incluyó solteros, personas en una relación y personas casadas: el 54% de ellos prefiere la luz encendida, mientras que el 46% prefiere la luz apagada. La proporción entre aquellos en una relación fue de 49% y 51%. Entre las personas casadas, solo el 43% prefería las luces encendidas y el 57% las luces apagadas”, explicó.

Los expertos creen que las diferencias pueden radicar en que algunas personas se sienten más cómodas con su sexualidad, mientras otras sienten vergüenza o timidez de mostrar su cuerpo.

Ojos vendados

“Una venda para cubrir los ojos y así deshabilitar la vista, es otra forma de cerrar los ojos. Al entregar tu propio control a tu pareja, se puede aumentar la emoción”, indica el profesional.

Algunas razones para tener sexo con los ojos vendados son: condimentar las cosas, reducir las inhibiciones, cerrar un sentido intensifica otros, aumentar la confianza entre los compañeros, agregar un elemento de sorpresa, ceder el control.

Dejando a un lado los detalles de estas razones, está claro que la conexión entre el contacto visual y el deseo sexual es multifacética y depende de varias circunstancias, dice el experto.

“El aumento de la excitación sexual suele combinar cerrar los ojos con abrirlos de vez en cuando. Muchas personas disfrutan abriendo sus ojos al comienzo de la interacción; esto puede tomar varias formas, como luces encendidas, una mirada constante o miradas ocasionales. Cerrar los ojos es bastante común más tarde, hacia el clímax”, reflexiona Aaron.

El cierre de los ojos también se puede hacer de diferentes maneras, por ejemplo, atenuando voluntariamente las luces o con los ojos vendados. Para esos momentos de ojos abiertos. “Pero cerrados o abiertos, parece que los ojos definitivamente son la clave del romance”, concluye.