En 1897 el psicólogo y filósofo Théodule Armand Ribot, bautizó como “Anhedonia” a la pérdida de la satisfacción o interés en actividades con las que la persona solía disfrutar.

“En la actualidad se considera un indicador central de diversas enfermedades neuropsiquiátricas, especialmente de los trastornos depresivos”, explica María Gallego, psicóloga sanitaria al diario electrónico El País.

Asimismo, puede manifestarse entre los síntomas de la esquizofrenia, la ansiedad y otras patologías. “Se observa, circunstancialmente, en individuos sanos (…) Podemos afirmar que hay personas que la padecen como una incapacidad total para sentir placer y, otras, como un descenso en dicha capacidad“, precisa la psicóloga.

“Muchos pacientes que la padecen no saben que la anhedonia es un síntoma. Se sienten culpables por no disfrutar de aquello de lo que mucha otra gente disfruta y que antes les hacía tan felices“, describe la especialista.

En este contexto, Gallegos precisa que muchos sienten vergüenza y creen que su entorno no los va a entender. “Este hecho obstaculiza que puedan recibir asistencia y, muchas veces, retrasa su tratamiento”, advierte.

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Por otra parte, el psicólogo Javier Garcés, explica que el placer es una reacción química provocada por el Sistema de Recompensa del cerebro y “la depresión y la ansiedad son los enemigos número uno de este proceso neuronal”, apunta.

“El ser humano necesita aquello que le hace sentirse protagonista y autorrealizado. Sin embargo, hoy en día, abundan las distracciones que le convierten en un heterónomo (sometido a un poder externo que imposibilita el desarrollo de su voluntad o naturaleza)”, explica.

De este modo, Garcés ejemplifica que vivimos en una sociedad acostumbrada a consumir televisión, o constantemente conectada a Internet. Estos actos atrapan, pero no produce placer.

Por este motivo, cada persona debe descubrir lo que le apasiona y tener una lista de actividades gratificantes. “El momento en el que dejen de interesarnos, será una buena señal de alarma”, plantea.

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“Si pierdes el interés, nuestro cuerpo y mente acabarán por acostumbrarse (…) Hay un refrán muy sabio que dice: ‘Si uno abandona el placer un día, él te abandonará un mes’“, reflexiona.

En cuanto a las causas de la anhedonia, el especialista señala que es todo aquello que “intervenga en el correcto funcionamiento de los circuitos de recompensa del cerebro, que son los que desencadenan las sensaciones placenteras y garantizan, por tanto, que valoremos lo que estamos haciendo“.

“Son circuitos muy delicados y de los que aún se tiene poca información. Se sabe cuándo fallan y también que hay que trabajarlos a través de hábitos agradables“, finaliza el psicólogo.