Paso por diversas carreras, luego de las palabras que calaron hondo. Pero su sueño, desde los 7 años, era ser arquitecto y se vengó construyendo la casa de sus sueños a los 63 años.

Una sola frase puede impactar en la psiquis de los seres humanos. Buena o mala, puede regir su destino. En este último caso, por años, rigió en el de un joven que había renunciado a sus sueños, porque le dijeron: “No tienes talento”.

No fue fácil. Pasaron más de 40 años para obviar el menosprecio que lo llevó a renunciar a sus aspiraciones de niño. Vale mencionar que un cuidador (padre, madre u otro), así como un educador, pueden ser la piedra que construye el camino para los miembros de una nueva generación, pero también una de tropiezo.

¿Cuánto tuvo que sortear el protagonista de esta historia para vencer los pronósticos errados? Es lo que medios como Wall Street Journal revelan en una extensa nota que brinda las respuestas a dicha interrogante.

Con los años, llegó la tercera edad para quien escuchó una frase demoledora. Sin embargo, a su juicio, nunca es tarde para sacarse la espina y demostrar lo contrario.

La roca que se interpuso en un sueño

Thomas Ryan soñaba, desde los 7 años, con convertirse en uno de esos hombres que diseñan grandes y connotadas edificaciones, ya sean casas, edificios u otras que revisten del carácter de su creador.

Pasaron los años y, en la educación secundaria, estaba listo para salir a conquistar su deseo. No obstante, una enorme roca, hecha frase, se interpuso en su camino.

Cursaba su último año de educación media (secundaria en EEUU), cuando las palabras de su profesor de dibujo mecánico, lo impactaron con fuerza: “No tienes talento (para ser arquitecto)”.

Acabó el año escolar y el joven desistió de ir a la facultad de arquitectura. Otras carreras se cruzaron en su camino, entre estas: derecho y periodismo, sin embargo, ninguna de estas estuvo a la altura de las edificaciones que Thomas no pudo construir.

Con el vacío profesional llegaría un premio de consuelo, ya que en etapa adulta decidió estudiar diseño de interiores, una carrera que le permitió un pasar económico holgado, sin imaginar que esto lo llevaría a saborear más tarde el éxito.

Un profesor le dijo que no tenía talento para la arquitectura, pero Thomas Ryan se vengó haciendo una casa
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Camino a la venganza tras escuchar: “No tienes talento”

Antes de ser el hombre que hoy presume su casa, Thomas Ryan se graduó de diseñador de interiores y conoció a su esposo, Matt (60 años), un ex-ejecutivo de empresas como Disney y Starbucks. Ahora tienen una empresa de productos orgánicos.

Con una vida más que definida, el deseo de ser arquitecto seguía latente en Thomas. “He pasado toda mi vida intentando volver a la arquitectura”, después que su profesor le dijera: “No tienes talento”.

Un día, con el buen pasar económico de ambos, el destino los llevó a Hawai. Se dedicó a recorrer casas en venta, sin la intención de comprar. Sólo, de observar los diseños, tanto arquitectónicos, como de interiores.

Thomas Ryan y su esposo Matt, en la construcción de la casa que ayudó a diseñar, como el arquitecto que no le impidieron ser
Wall Street Journal

Fue entonces que se topó con una casa de madera, no más allá de dos dormitorios y una baño. Estaba sobre un acantilado y su precio era menor a lo que la vista millonaria ostentaba (1,7 millones de dólares). Decidió comprarla y llevarle la buena nueva a su esposo, quien simplemente se bañaba en las playas sin saber lo que ocurría.

Con la adquisición, llegó el plan de reconstruir una joya en bruto. La idea era hacerla minimalista, pero con estilo. Si bien Thomas nunca pudo graduarse de arquitecto, tenía las nociones y un sueño inconcluso. Por lo anterior, decidió contratar a uno que tuviera el título y la experiencia, pero bajo su supervisión.

Fue todo un desafío, ya que se toparon con una enorme roca volcánica que impedía desarrollar el proyecto (como la que le dijo que no tenía talento). Los trabajos se extendieron por varios años y costaron 3 millones de dólares más, que el nuevo propietario no tenía presupuestado, debido a las excavaciones.

Sin embargo, El enorme costo económico y las molestias que causó en su esposo, fueron directamente proporcionales al resultado.

La casa que un arquitecto frustrado construyó en venganza a un profesor que le dijo que no tenía talento
Wall Street Journal

La casa de los sueños al estilo de Game of Thrones

“No quería que fuera un escaparate. Ese no soy yo”, aseguro, agregando que es una mezcla de diseño a lo “Juego de Tronos” con el Ritz-Carlton. Se refiere a que ostenta un estilo tradicional, acogedor y a la vez oscuro. Cuenta con con pesadas cortinas de brocado, grandes chimeneas y candelabros plateados.

”Esta casa representa cómo demuestro que puedo ser grandioso”, asegura el sexagenario que presume su mansión, luego de surfear una gigante ola, hecha frase, que lo llevó directo a Hawai a sacarse una espina de casi 50 años.

Las amenidades de la casa minimalista, riñen con esta palabra. Y es que, casi completamente de vidrio, tiene vistas de 360 grados a hawaiana Isla Grande. También una cocina, comedor y sala de estar de planta abierta, con paredes de vidrio que se abren al patio.

”Esta casa representa cómo demuestro que puedo ser grandioso”: Thomas Ryan
Wall Street Journal

Por si la venganza hecha casa, como él lo llama, fuera poco, cuenta con una piscina rodeando un costado de ésta y es tan grande que se extiende desde el living hasta el dormitorio principal, donde hay un baño con ducha al aire libre.

Como suele ser la idea de los estadounidenses, una casa dede contar con habitaciones de invitados. Pero tal parece que fueron hechas como parte de la demostración pública de Thomas Ryan. Seguido de éstas, hay un cubo de cristal se impone en un pabellón delantero de la casa: es nada más y nada menos que una oficina.

Aunque en la actualidad se vea y suene a opulencia, su propietario y diseñador piensa todo lo contrario y lo toma como una moraleja: “Les digo que no escuchen a las personas que dicen que no tienen las habilidades para hacer algo. Yo digo que siempre puedes ser lo que quieras ser. La gente te derribará. Lo importante es que sepas lo que quieres hacer”.

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