La nueva normalidad ha durado más de lo esperado y gradualmente la población se acostumbró a las palabras que, de pronto, se hicieron cotidianas: distanciamiento social, confinamiento, normas sanitarias, mascarillas, alcohol gel y coronavirus, entre otras. Sin embargo, esto no fue así para un adolescente que pasó el último tiempo en coma y ahora despertó en un mundo totalmente distinto al que conocía.
Es lo que le sucedió a Joseph Flavill, un joven de 19 años que fue atropellado en Staffordshire, Reindo Unido, accidente que resultó en una lesión cerebral traumática que lo dejó en coma el pasado 1 de marzo de 2020. En ese momento su país tenía sólo 23 contagiados de covid-19, la gran mayoría de los casos aún se limitaban a China y Estados Unidos había confirmado una muerte.
El joven era aficionado al cricket y al hockey y el día del accidente caminaba para visitar el Palacio de Buckingham donde iba a recibir el premio al logro juvenil Duque de Edimburgo.
Tras 10 meses desde ese momento, Flavill despertó en la cama del Hospital General de Leicester y ya puede mover los ojos, según informó CNN. Al respecto, su tía Kate Yarbo y el resto de sus familiares han intentado explicarle lo que ha estado sucediendo, pero el adolescente todavía no ha podido experimentarlo.
“Cuando salga de esto, la vida no será como él la conoce. Creo que va a ser un shock. Todos todavía lo estamos procesando, no estoy segura de que puedas describir cómo se siente esta pandemia”, comentó Yarbo al citado medio.
Sumado a lo que afectó al adolescente, también se contagió de coronavirus estando en el hospital. Aunque recibió la atención pertinente, su familia sufrió el hecho de no poder verlo durante ese tiempo.
Su madre lo visita y el resto de sus familiares y amigos lo saluda por videollamada, donde él puede comunicarse a través de su mirada, parpadeos y sonrisas. A su vez, abrieron el sitio Joseph’s Journey para recaudar fondos destinados a su recuperación.
En relación a la recuperación que necesitará cuando salga del centro de la salud, la familia apeló a las donaciones, asegurando que “nadie sabe cuál será el impacto a largo plazo, pero sí sabemos que el viaje podría ser largo y costoso”.
