Fácilmente pueden ser confundidas con una congregación de monjas católicas, sin embargo, las “Hermanas del Valle” no tienen ninguna relación con el Vaticano y tampoco con una religión.

Más bien son activistas, cuya misión es sanar al mundo en base a las plantas medicinales, aunque al igual que una congregación realizan votos y viven bajo reglas y creencias fundamentales.

El colectivo, de aproximadamente 30 mujeres, prepara todos sus productos en base a la marihuana en el Valle Central de California, Estados Unidos, generando un lucrativo y popular negocio, disponible en internet para todo el mundo.

El origen de la “hermandad”

Tal como señalan en su sitio web oficial, sisterofthevalley.org, el año 2009 fue cuando todo comenzó de la mano de la hermana Kate, quien fundó un colectivo de cannabis, sin fines de lucro, que abrió sus puertas en 2010.

Tras un devastador divorcio, Catherine Meeusen, verdadero nombre de la hermana Kate -una mujer de ascendencia holandesa y alemana que se dedicaba a la asesoría financiera-, encontró en la marihuana una forma de salir adelante, mientras tenía que mantener a sus 3 hijos como madre soltera.

Junto a su hermano creó este colectivo en Merced, California, con el objetivo de cultivar marihuana para el uso medicinal. De esta forma, conformaron un negocio que operó bajo el silencio, porque pese a que fuera legal tenerlo, las autoridades se negaban a aceptarlo.

Para 2011 Kate fue bautizada como “Sister Occupy” luego de que comenzara a utilizar vestimentas similares a las que utilizan las monjas para participar en protestas antisistema del movimiento “Occupy Wall Street” en Estados Unidos.

La razón de utilizar esta vestimenta respondía a la acción que intentaba realizar el congreso en ese momento, cuando pretendía declarar que la salsa de tomate de una pizza era una de las cinco raciones de fruta que un niño debe consumir al día, por lo que ella pensó “si la pizza es verdura, entonces yo soy monja”, consigna El Confidencial.

De esta forma, la hermana Kate comenzó a utiliza estos atuendos similares a los de las religiosas católicas, como una reivindicación del papel de la mujer en la espiritualidad y además, iniciar el lucrativo negocio de la marihuana.

“No quería fundar una secta ni un movimiento, quería que fuera un negocio de auto empoderamiento. No creo en el trabajo voluntario, creo que hay que remunerarlo” señaló al medio español.

Según destaca en su web oficial sus productos tienen una fórmula que no es adictiva o psicoactiva (no contienen THC), cuyo objetivo es sólo ayudar a pacientes que lo necesiten, para lo que creó su primera línea en 2014 y salió a la venta en 2015.

Una vida “devota”

Aunque el movimiento que creó la hermana Kate no es religioso, la vida de las “Hermanas del Valle” si tiene aspectos muy parecidos a los que profesan las monjas.

Muchas veces les han dicho que su forma de vida y vestimenta es una falta de respeto a las verdaderas religiosas, sin embargo, declaran que de ninguna forma lo hacen.

“Respetamos su devoción y su excelencia en la curación y la enseñanza. Pero las monjas católicas se están extinguiendo en este país y hemos creado una nueva orden de Hermanas cuya vestimenta no es necesariamente como las monjas… Creemos en las mujeres que sostienen propiedad privada. Buscamos empoderar a nuestras hermanas a través de la propiedad y la propiedad comercial” señalan al respecto en su web oficial.

Inspiradas en la orden medieval Beguinas, las mujeres que organizaron a las primeras enfermeras en Europa, viven juntas, trabajan juntas, oran juntas y hacen votos para toda la vida.

Utilizan hábitos color púrpura, el color del sufrimiento, el movimiento Occupy y que mezcla el azul y el rojo, que representa el sistema político bipolar de Estados Unidos consigna Infobae.

Para ser miembros, las mujeres que participen de la comunidad que ya tiene hermanas fuera de Estados Unidos, deben cumplir los 6 votos solicitados por la hermandad, que son servidumbre o devoción a la gente a través del trabajo que realizan, obediencia a los ciclos lunares, vivir simplemente, ser activistas, castidad y ecología.

De igual forma, conviven bajo ocho creencias fundamentales que responden a la historia de las beguinas o tribus indígenas de california, como por ejemplo, vivir regidas por los ciclos lunares, ya que las plantas se cultivan siguiendo estas fases.

Además, son veganas en lunas nuevas, vegetarianas durante las semanas que producen medicinas y en la luna llena, hacen “comidas de sacrificio” en las que se permiten comer carne una vez al día, destaca Gizmodo.

La popularidad de las “Hermanas del Valle” implicó su apertura al mundo, según declaran en su canal de Youtube ya hay hermanas en Inglaterra, México, Brasil, Suecia y otros países, donde las mujeres viven bajo las normas que han implementado para su vida.

Eso las llevó a crear un programa de becas que permite su crecimiento y expansión a nivel mundial. De esta forma, quienes apliquen para el programa podrán conocer la comunidad a fondo, ya que compartirán todo lo que no han expuesto públicamente a través de las innumerables veces que han conversado con los medios para dar a conocer su hermandad.

La hermana Kate declara que está “siempre trabajando en licencias de exportación, no pretendemos hacer algo ‘solo para Estados Unidos’. Creemos en hermanas de medicamentos del Valle en Alemania haciendo medicina para alemanes. Lo mismo para Canadá. Lo mismo para cada estado de los EE.UU., y todas las provincias de todos los países”.

Un negocio lucrativo

Las hermanas declaran que sólo usan el “cannabidiol” de la planta, por lo que no es adictivo y les permite elaborar productos en base a la marihuana y su negocio comenzó a ser lucrativo cuando con la elección de Donald Trump también se legalizó el uso de la marihuana en California, comenta El Mundo.

De esta forma tienen disponibles para el público gotas, cápsulas en gel, jabones, cremas orgánicas, fabricadas bajo el ciclo lunar. Su precio fluctúa entre los 10 dólares (7.200 pesos chilenos) de un ungüento a los 212 dólares (150.000 pesos chilenos) de cápsulas de gel.

Son enfáticas en la seguridad de sus productos, que según mencionan en su sitio web, pueden ser utilizadas en niños, mascotas o personas mayores, sin afectar su organismo.

El negocio es lucrativo, sólo 2018 facturaron un millón de dólares de lo que aproximadamente el 50% corresponde a la venta de su producto estrella, un bálsamo tópico que han desarrollado para aliviar la artritis y el dolor muscular, aunque según señalaron a Gizmodo, los clientes han descubierto múltiples usos para el bálsamo.

A través de su e-commerce realizan la venta de sus línea a todo el mundo, aunque no como medicina, pero sí como productos de belleza, con el objetivo de poder traspasar las barreras aduaneras que en algunos países impiden el ingreso de productos con derivados de la marihuana.

Desde California envían entre 200 a 300 paquetes semanales, de los que un tercio va fuera de Estados Unidos, considerando siempre un margen de pérdida de un 1% por no poder realizar la entrega.

Además de sus productos derivados de la marihuana, como cualquier empresa poseen merchandising, puedes encontrar desde el calendario 2021 con exclusivas imágenes de sus plantas, hasta tazones o muñecas que representan a la hermandad.