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Los pájaros y las ballenas cantan por supervivencia. El investigador evolucionista Charles Darwin relacionó el canto humano con el apareamiento de los pájaros. ¿Qué tiene que ver el canto en grupo con la felicidad?

Sabemos que para muchas especies animales, el canto en grupo fortalece lazos sociales y mejora la coordinación. Sin embargo, recientes investigaciones han revelado que los humanos también podrían obtener beneficios similares, en ese sentido: ¿por qué es beneficioso cantar en grupo?

De acuerdo a DW, el investigador evolutivo Charles Darwin, creía que el canto humano guardaba alguna relación con los cantos de apareamiento de los pájaros. Esto debido a que las aves con mejores habilidades para el canto tenían mucho más éxito en la elección de sus parejas.

Asimismo, aplicó esta observación a los humanos y creía que los hombres prehistóricos, incluso antes de que pudieran hablar correctamente, cantaban a las mujeres “para encantar al sexo opuesto” y así asegurarse una ventaja reproductiva.

No obstante, el canto humano no está cerca de compararse con el de las aves, ya que los cánticos más antiguos y conocidos fueron de pueblos indígenas y primitivos. Por ese lado, no eran canciones de amor, sino más bien de rituales, marciales o religiosos, según el investigador alemán, Carl Stumpf.

El canto fortalece al colectivo

Cantar, sobre todo en grupo, presuntamente fortalecería la cohesión en la sociedad, según un estudio publicado en 2016, en la revista Psychology of Music, titulado como: “Cantando juntos o separados: El efecto del canto competitivo y cooperativo en la unión social dentro y entre subgrupos de una Fraternidad universitaria”.

En la investigación, se examinaron los resultados de la unión social a través del canto en una fraternidad universitaria europea, compuesta por “Cliques” exclusivas: subgrupos reconocidos de 5-20 amigos que adoptaban un nombre e identidad especial.

Los expertos indican que el canto ocurre con frecuencia en la fraternidad, tanto competitivamente (concursos) como cooperativamente (varios cliques cantando juntas). Por ello, ambas situaciones se recrearon en la investigación para explorar cómo el canto competitivo y cooperativo afecta los sentimientos hacia los demás.

Los participantes fueron asignados a equipos de cuatro y se les pidió que cantaran juntos con otro equipo, ya sea del mismo clique o de una diferente. Los 88 participantes señalaron que se sintieron mucho más cercanos a los equipos de diferentes cliques, independiente de si cooperaron con o compitieron contra el otro equipo.

Estos resultados indican que cantar en grupo podría aumentar la cercanía con individuos menos familiares (independiente de si comparten una motivación común), pero el canto competitivo sí podría reducir la cercanía dentro de un grupo muy unido.

Cantar libera hormonas de la felicidad

Para muchas personas, el canto puede significar algo divertido y que los beneficia. Esto tendría una explicación científica, según DW, ya que al cantar se liberan hormonas de la felicidad, como las endorfinas, la serotonina, la dopamina, y la adrenalina.

Al mismo tiempo, se reducen las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina. Además, cuando se disfruta el canto, mejorar el estado de ánimo y emocional.

Por otro lado, estimula la glándula pineal en el cerebro, que produce la hormona melatonina y regula el ciclo de sueño-vigilia. Cantar también favorecería la formación de enzimas antioxidantes y, por tanto, tendría un efecto inhibidor de tumores.

Además, el medio precisa que después de media hora de canto en grupo, el cerebro también libera oxitocina, la hormona del vínculo. Esta también favorecería que el canto establezca una relación cercana con quienes cantan.

De hecho, en los 90, investigadores suecos examinaron a más de 12.000 personas de todas las edades y descubrieron que los miembros de coros y grupos de canto tienen una esperanza de vida significativamente mayor que las personas que no cantan.