Desde los más pequeños a los adultos más sabios el comer vegetales puede ser una tortura, pero existen algunos tips para superar esa enemistad con las verduras.

Admitámoslo, aunque ya no tenemos cinco años, muchos seguimos evitando algunas frutas o verduras que no nos gustaban a esa edad.

Y es que, no importa cuántas veces nos mencionen los beneficios que trae el comer muchos vegetales, el hecho de que no gusten acaba alejando a las personas de este tipo de productos.

Esta es una situación que no se puede negar en Chile, ya que existen estudios que muestran cómo se gasta más en pan, bebidas gaseosas y carne en vez de los alimentos en base a plantas.

Ya en 2019 se señalaba que, a nivel global, Chile consume entre un 20% y un 50% menos del mínimo recomendado de consumo de frutas y verduras.

Este mínimo consta de las cinco porciones diarias que recomiendan la ONU Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Y cómo puedo comer más vegetales?

Primero que todo, de seguro que cuando se piensa en comer vegetales lo primero que llega a la mente es una ensalada. Y bueno, debemos admitir que este tipo de platos no es muy atractivo, y mucho menos lo es para quienes no les gustan los vegetales.

Es por eso que, como primer paso, se puede ir ‘engañando’ al cerebro. Esto puede iniciar con tus comidas favoritas, donde puedes añadir pequeñas cantidades de diferentes vegetales.

Esto podría ser, por ejemplo, zanahorias, champiñones o incluso un poco de brócoli en la salsa de tomate para una pasta o lasaña, o añadir en cuadritos un poco de pimiento, espárragos o choclo a tu pizza favorita.

El secreto está en añadirlos en trozos pequeños, porque muchas veces el rechazo por el vegetal acaba siendo algo mental, y es que, por ejemplo, la pizza de brócoli de Intensamente no se veía muy deliciosa.

Escena donde se ve una pizza de brócoli en la película Intensamente.
Disney

La idea también es experimentar. Los vegetales no solo deben ser hervidas o crudas. Por ejemplo, muchas pueden asarse al horno, donde muchas verduras amargas pueden tomar incluso un sabor más dulce.

También puedes jugar con las verduras durante el asado familiar: ¿Qué tal si además de la cebolla a las brasas, experimentas con un pimiento relleno con queso y orégano?

De igual forma, puedes buscar formas en las que ves algún vegetal como algo delicioso: ¿prefieres comer una zanahoria rayada con limón o un queque de zanahoria y naranja?

Al ir encontrando combinaciones agradables, el menú con verduras irá aumentando poco a poco.

Transformar las verduras en una experiencia

Esta es otra técnica que podría funcionar. Y es que funciona tanto en los más pequeños como en adultos.

Piensa en un niño de 4 años: ¿comerá un puré de espinaca porque le dices que es sano y debe comerlo? El secreto es transformar los vegetales en algo cotidiano y opcional, no una obligación.

Ahí, se puede considerar el consejo que usan los padres: preparar alimentos que les gustan a ambos y poner un vegetal cocinado de forma diferente, así el comer vegetales se hará una aventura más placentera, además de tenerlos en el menú como una cosa más del plato.

Según consignó The Huffington Post, pensar en positivo al incorporar más verduras a la dieta puede ayudar a engañar al cerebro para que nazcan las ganas de probarlas.

De acuerdo a un estudio, las personas están más dispuestas a tomar verduras cuando el alimento se describe de forma agradable: es más crujiente, dulce, etc.

El medio inglés explica que también es más probable que los vegetales se transformen en algo que agrada si se nota cómo cambia la salud desde que se aumentó su consumo.