El calor trae consigo la transpiración. En algunos casos, la humedad corporal puede ser tanta que los hongos no darán tregua y pueden proliferar en la piel. ¿Cómo disminuir el riesgo de infección por su aparición?

El calor, el sudor y la humedad propia de los baños en piscinas, playas o similares favorecen, considerablemente, el desarrollo de hongos y, con ello, las infecciones fúngicas. ¿Sabes cómo disminuir el riesgo de dicha afección?

Antes de explicar lo planteado, es necesario señalar cuáles son las infecciones fúngicas más comunes en verano. Según la Clínica Las Condes (CLC) y la Clínica Universidad de Navarra (CUN), corresponden a las siguientes: la pitiriasis versicolor, la micosis de pliegues corporales y la tiña pedis, más conocida como el pie de atleta.

La pitiriasis versicolor afecta, principalmente, a la piel del tronco posterior o anterior, según señala la CLC. “Este hongo afecta la pigmentación normal de la piel, lo que da lugar a la formación de pequeñas manchas decoloradas. Esas manchas pueden tener un color más claro u oscuro que el de la piel que las rodea“, explica el recinto clínico.

Infecciones fúngicas en verano

Por otro lado, la micosis de pliegues corporales afecta, como bien lo señala su nombre, las zonas con pliegues cutáneos (axilas, ingle, pliegue mamario, submamario o interglúteo). En este caso, señala la CLC que “se originan lesiones como placas eritematosas, con pústulas y/o vesículas que presentan descamación y prurito (picor) en el área afectada”.

La tiña pedis, o el pie de atleta, es una de las infecciones por hongos más comunes. Según la CUN, se da en personas con sudor excesivo en los pies. Sus síntomas incluyen descamación, picor, y, en ocasiones, “una erupción pustular, micro vesicular o fisuras entre los dedos de los pies”.

Dicha afección es contagiosa: puede transmitirse a través del contacto directo (piel a piel) o por el uso de artículos contaminados como toallas, o, también, por pisar descalzos superficies que permanecen húmedas en baños o piscinas, detalla la clínica mencionada.

¿Cómo disminuir el riesgo de infección por hongos?

Mantener las zonas con posibilidad de infección aireadas, secas y libres de sudor son las medidas a tomar en consideración para evitar la proliferación de hongos. En el caso de los pliegues, por ejemplo, el correcto lavado y secado post baño es fundamental (ya sea después de la ducha o baño en piscinas y/o similares).

En el caso del calzado, se recomienda que en verano sea abierto para una mejor ventilación de los pies. De ser posible, también se aconseja evitar el uso de calcetines.

La CLC agrega que la humedad prolongada es una de las cosas a evitar sí o sí para prevenir las infecciones fúngicas. “Evitar ropa ajustada o telas que favorezcan la sudoración (preferir ropa suelta de algodón), cambiar la ropa sudada precozmente, mantener la piel seca (especialmente planta de pies, áreas entre los dedos de pies, así como los pliegues corporales)”, indican.

Siempre, en todos los escenarios, la consulta a un profesional (en este caso, un dermatólogo), va primero al momento de notar cambios cutáneos considerables y sintomatología similar a la descrita anteriormente.

Teniendo esto en consideración, es necesario recalcar que el tratamiento dependerá del área corporal afectada, el tipo de hongo y la superficie comprometida por la infección, detalla la Clínica las Condes. El recinto señala, incluso, que las condiciones de salud del paciente pueden limitar el tipo de terapia requerida (tratamientos tópicos, fármacos, etc).