El pasado sábado se vivió un tenso momento durante un partido de la Eurocopa. Mientras Dinamarca se enfrentaba contra Finlandia, uno de los jugadores del equipo danés se desplomó en medio de la cancha.

Se trata de Christian Eriksen, jugador de 29 años, que sufrió un paro cardíaco dejando a sus compañeros y asistentes del partido en estado de shock.

En la cancha se le aplicaron todas las medidas correspondientes, para luego ser trasladado al Hospital del Reino de Copenhague, donde permanece ingresado.

Sin embargo, el equipo médico decidió que el jugador danés deberá ser operado para poder colocarle un desfibrilador automático implantable (DAI), el cual será necesario para controlar el ritmo cardíaco de Eriksen.

Según explica la Clínica Mayo, este desfibrilador “es un pequeño dispositivo a pila que se coloca en el pecho para controlar el ritmo cardíaco y detectar latidos irregulares. Este tipo de desfibrilador emite impulsos eléctricos a través de uno o más cables conectados al corazón para corregir el ritmo cardíaco anormal”.

Desfibrilador
Clínica Mayo

Su objetivo es controlar continuamente los latidos y emite impulsos eléctricos para restituir el ritmo cardíaco normal cuando sea necesario.

Aunque hay que aclarar, que este desfibrilador automático no es lo mismo que un marcapasos. Este último dispositivo, el cual también es implantable, se utiliza para ayudar a controlar los ritmos cardíacos anormales, particularmente uno lento.

Funcionamiento de un DAI

Cuando tienes un ritmo cardíaco rápido, los cables del corazón al dispositivo, transmiten señales al desfibrilador cardioversor implantable, el cual envía pulsos eléctricos para regular el ritmo del corazón, explica Clínica Mayo.

Su modo es colocación es implantarlo debajo de la piel al costado del pecho, debajo de la axila. Está conectado a un electrodo que se ubica a lo largo del esternón.

Los pacientes que suelen ser candidatos a este dispositivo, son aquellos que tienen defectos estructurales en el corazón, impidiendo la inserción de alambres al corazón a través de los vasos sanguíneos.

Si bien sus riesgos son poco probables, puede provocar hinchazón, sangrado o hematomas en el lugar donde se colocó, o generar algún tipo de sangrado en el corazón. Su riesgo mayor, es que pueda provocar algún tipo de colapso pulmonar.

Cabe destacar que el equipo médico de Dinamarca, señaló que es probable que Eriksen no vuelva a su carrera de futbolista, debido a los riesgos que este deporte significa para su condición de salud actual.

Casos similares

El caso de Christian Eriksen sin duda quedará en la historia del fútbol. No obstante, no es la primera vez que se ve un caso así.

En 2019, el jugador holandés de fútbol Daley Blind fue diagnosticado con una afección cardíaca, llevándolo a abandonar temporalmente su carrera, hasta que le fue implantado un desfibrilador automático, el que le permitió volver a las canchas en 2020, según información que recoge BBC Mundo.

Sin embargo, para el ex jugador británico de críquet, James Taylor, debió dejar su carrera por afecciones cardíacas similares en 2016, por lo que sus médicos también optaron por implantarle este desfibrilador.

“Es un desfibrilador que está dentro de mí. La forma en que puedo describirlo es que tiene la mitad del tamaño de un teléfono móvil y es un poco más grueso. Tiene dos cables que están conectados en la parte inferior del corazón”, indicó el deportista a BBC Mundo.

Sobre qué le diría al joven futbolista, Taylor señala que “una de las cosas importantes, le diría (a Eriksen), es hablar con personas en las que confías y también abrirte a personas que han tenido una experiencia similar para aprender y comprender la situación, porque nadie realmente sabe”, concluyó.