Si realizas una búsqueda en Google escribiendo “¿qué es un suspiro?” encontrarás muchas imágenes que lo describen como “el aire que sobra, por alguien que falta”, un claro signo de enamoramiento.

El sencillo acto de realizar una inhalación al menos el doble de lo normal es involuntario y muchas veces nos sorprende, pero ¿es realmente aire que sobra, por alguien que falta?

La respuesta claramente es no, porque suspiras mucho más de lo que crees y ni siquiera te das cuenta de por qué lo haces. Sin embargo, científicos del mundo se preocuparon de entender por qué realizamos esta función y descubrieron que es mucho más importante de lo que imaginas.

La importancia de suspirar

Aburrido, cansado, triste o desesperado son emociones negativas a las que asociamos el suspirar y un estudio de la Universidad de Oslo descubrió que la mayoría de las personas relaciona este acto a ese tipo de sensaciones, que manifiestan un descontento con el momento actual que están viviendo, destacó Vice.

No obstante, la función de los suspiros no es quitarnos un poco de frustración ante la vida, sino que más bien es una función vital y crucial para nuestros pulmones, ya que este acto los mantiene saludables.

Según destacó Science Alert, un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford descubrió que suspiramos cada 5 minutos, es decir, al menos doce veces en una hora.

De acuerdo a Mark Krasnow, uno de los investigadores, el cerebro tiene un sector que se ocupa de la respiración, conformado por pequeños tipos de neuronas, donde cada grupo funciona como un botón que prende un tipo de respiración diferente.

“A diferencia de un marcapasos que solo regula cuán rápido respiramos, el centro respiratorio de nuestro cerebro también controla el tipo de respiración”, dijo Krasnow, permitiendo que estos doce suspiros se puedan dar en una hora, sin importar la emoción que estemos viviendo.

La importancia que esto se genere en nuestro organismo radica en algo muy sencillo, no colapsar nuestros alvéolos, unos pequeños sacos que están en los pulmones y que son la parte fundamental del sistema respiratorio.

Jack Feldman, investigador de la Universidad de California en Estados Unidos, lo describe de la siguiente forma: “Cuando los alvéolos colapsan comprometen la capacidad del pulmón para intercambiar oxígeno y dióxido de carbono. La única forma de abrirlos de nuevo es suspirar, lo que aporta el doble del volumen de una respiración normal”.

Por lo mismo, los ventiladores modernos están hechos para que, si estás conectado a ellos, cada cinco minutos puedas suspirar, puesto que sino ocurre los alvéolos colapsarán lentamente, causando insuficiencia pulmonar.

Esto lo descubrieron con los primeros dispositivos utilizados en pacientes, que no consideraron los suspiros en su funcionamiento y tuvieron trágicos resultados al respecto.

El origen, en base a los estudios

De acuerdo a múltiples estudios, los suspiros no responden a una reacción de nuestro corazón, como sugiere Google Images, pero ¿son una función propia de los pulmones?

Vice recogió una publicación de Nature Neuroscience que muestra un estudio del Instituto de Investigación Infantil de Seattle, el que consideró un experimento con ratones que comprobó que una red en el tronco encefálico era la responsable de múltiples patrones respiratorios, incluídos los suspiros, por lo que los pulmones, técnicamente, no eran necesarios para esta función.

Andrea Piacquadio en Pexels

Esto lo reafirmó la investigación de 2016 de Stanford, que trabajó con ratas que suspiraban hasta 40 veces por hora, consignó ABC.

Los examinaron encontrando el mecanismo exacto en el que se activan los suspiros, lo que a simple vista puede ser un hallazgo poco relevante, sin embargo, es la forma en que se podrían descubrir tratamientos específicos para controlar los suspiros de una persona que tenga insuficiencia respiratoria y que su salud esté perjudicada por esta acción.

¿Y las emociones?

Es probable que el mundo entero suspire cuando se comience a distribuir la vacuna para la covid-19, pero la pregunta es ¿existe una relación entre esta sensación de alivio y el suspiro?

La respuesta está en la investigación de Elke Vlemincx, profesora asistente en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Libre de Ámsterdam, quien ha indagado cómo interactúan nuestras sensaciones físicas y psicológicas.

Según consignó Vice, Elke cree que los suspiros tienen un vínculo bidireccional con nuestras emociones, es decir, que las emociones fuertes pueden desencadenar suspiros, pero esto también puede ocurrir a la inversa, como con los latidos del corazón.

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Su investigación, publicada en el National Center for Biotechnology Information, sugiere que los suspiros no son solo un botón de reinicio para la respiración, sino que también para las emociones.

La investigadora indicó que los suspiros “ayudan a restaurar la calma en el contexto de estrés o excitación emocional, induciendo una sensación subjetiva de alivio y, por lo tanto, pueden ser funcionales como mecanismo para enfrentar el estrés y las emociones”.

Esto implica que estén en cualquier emoción como la alegría, el deseo o el alivio y no solo en las negativas, como el cansancio o el estrés.

Además, descubrió que si bien las personas suspiran cada cinco minutos, al estar expuestas a trastornos de ansiedad, pánico o pensamientos desagradables suspiran mucho más, algo que no siempre es positivo para nuestros pulmones, ya que pueden padecer hiperventilación crónica, lo que genera niveles bajos de dióxido de carbono que desencadenan síntomas como mareos o entumecimientos, según Vice.

Sin embargo, aún no se llega a saber con exactitud la relación entre el suspiro y las emociones, pero es algo que los investigadores están estudiando para que pronto Google pueda dejar de arrojar imágenes que indiquen “Aire que sobra, por alguien que falta”.