Se vendieron ante el país como “la nueva generación que venía a cambiar la política”. Ningunearon los 30 años y a sus ex Presidentes y sostuvieron en cada ocasión que podían que terminarían con los amiguismos y el nepotismo. El más cuestionado y mediocre de sus Ministros llegó a sostener que ellos tenían "superioridad moral" por quienes los habían precedido y no tuvieron tapujos en impulsar un proceso constituyente que lo hicieron fracasar ellos mismos, con sus maximalismos, con su soberbia y con su nula apertura al diálogo.

Desde el Presidente para abajo, estaban absolutamente “mareados” con el exitoso proceso del plebiscito de entrada y no pensando que era necesario construir una carta fundamental moderada que le cambiara la vida a los chilenos(as). Quisieron ir con todo como un verdadero “tsunami” y nos dejaron sin nada.

La que se creía iba a ser “la generación dorada de la política”, a los pocos meses de ostentar el poder, comenzaron a mostrar los mismos vicios de las generaciones que los antecedieron y que ellos, desde los movimientos estudiantiles primero y desde el congreso con posterioridad, condenaron tan enérgicamente.

Llenaron el gobierno de personas sin experiencia que a los pocos meses comenzaron a mostrar serias falencias en los servicios que dirigían. Su primer bochorno fue la frustrada visita de la Ministra Siches a Temucuicui; su negativa inicial a los estados de excepción; la denuncia de una ex Ministra de salud que acusaba que pacientes de un hospital en Valparaíso eran sometidos a torturas, de lo que tuvo que desdecirse a las horas del exabrupto.

Como si ello fuera poco, el último día del año pasado, cuando la ciudadanía se aprestaba a celebrar un nuevo año, el primero tras la pandemia que nos alejó de nuestros seres queridos, el Presidente sucumbe ante las presiones de los grupos mas radicalizados de su propio sector e indulta a trece personas; de las cuales claramente 11 representaban un serio peligro para sociedad. La máxima autoridad sostiene que la condena de uno ellos (asaltante de un banco entre otros delitos) había sido una injusticia de la propia justicia.

Más tarde se supo del contrato millonario del “cuñado de Giorgio” en un flamante Ministerio, personaje que a las horas debió renunciar, no sin antes el país conociera de sus escandalosos y leoninos bailes “eróticos” de baja monta.

Y podríamos seguir. Pero al fin y al cabo, esos son errores políticos que pueden ocurrir en cualquier gobierno. Lo sorprendente es que ocurran en una administración gobernada por líderes que como ellos mismos lo pregonaron, venían a cambiarlo todo. A dejar su legado. Más allá de todo lo antes descrito, lo ocurrido esta semana en Antofagasta, con el trato directo del Ministerio de Vivienda a la pareja de la diputada Catalina Pérez por un monto de 426millones de pesos, es un escándalo vergonzoso que no solo es inaceptable, sino que debe ser investigado por el Ministerio Público.

No basta con que el Ministro Montes haya sostenido que es algo descriteriado, que haya iniciado un sumario y que haya enviado una delegación del Ministerio a la capital de la perla del norte. Lo que debe hacer y no puede eludir es su responsabilidad ministerial de investigar todo. Pero ante la justicia y no solo ante los propios funcionarios del Ministerio que el dirige.

La ciudadanía tiene el derecho a saber entre, otras cosas:

¿Quiénes más conforman la Fundación Democracia viva? ¿Es efectivo que hay más integrantes en su directorio que están en otros cargos de Gobierno? ¿Es cierto que fue fundada hace poco tiempo y que este es el contrato más jugoso de su existencia? Pero que no obstante lo anterior, ¿también ha obtenido contratos con otros Ministerios?

La ciudadanía merece saber si es efectivo o no que desde el Ministerio de Vivienda le entregaron este medio millón de dólares a Democracia viva, sin ninguna boleta de garantía, requisito que se le pide a cualquier entidad que trabaja con fondos públicos. Ministro, Chile quiere saber si es cierto o no que Democracia Viva se llevó en este convenio casi el 10% del presupuesto de toda la región que para el 2023 es de 5.500 millones de pesos en esa área programática. Molesta el silencio del fundador de RD el partido de los involucrados; pero más indigna la defensa corporativa del Presidente de la colectividad Senador Latorre, porque justamente ese tipo de declaraciones son las que indignan a la ciudadanía.

¿Sabe el senador Latorre que las Entidades patrocinantes de proyectos de vivienda tendrían que trabajar arduamente no menos de 5 años para obtener una suma de dinero al menos cercana al vergonzoso monto obtenido por Democracia Viva? ¿Tiene conocimiento de que esas entidades deben pagar salarios, cotizaciones previsionales, gastos de operación millonarios para generar proyectos que culminen con la casa propia para nuestra gente?

Lo ocurrido en Antofagasta no puede quedar como un descriterio como lo dice el Ministro de la cartera. Debe abrir una acuciosa investigación de la Fiscalía en donde se incauten celulares, computadores, se investiguen a todos los involucrados, incluyendo a los demás miembros del directorio. Se persiga la trazabilidad del dinero obtenido y se asuman las responsabilidades políticas, que no siempre en Chile deben terminar con la simple salida de un seremi que además nadie conoce, más allá de este escándalo que está protagonizando.

Aquí veremos como actúa el Gobierno que nos prometió un país nuevo y alejado de los políticos antiguos que tanto daño le hicieron a la nación. En sus manos está, Ministro Montes, el que se inicien acciones por parte del órgano persecutor que no es otro que el Ministerio Público. No olvidemos que a Karen Rojo la condenaron por un desvío de fondos públicos de 23 millones de pesos. Un 5% de las cifras de las que estamos hablando hoy día. Es necesario que se abra esta caja de pandora, la que puede traernos muchas sorpresas.

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