Bien es sabido que Chile tiene una necesidad energética, y se hace evidente cada invierno, cuando los costos para calentar el hogar son altos. Como si fuera poco, el precio que se paga por la calefacción a gas -uno de los más usados en nuestro país-, ha aumentado más de un 50%.

En términos simples, si en el 2020, una persona en Concepción compraba el cilindro de 45 kilos de gas licuado de petróleo (GLP) en 60 mil pesos, hoy lo compra a 90 mil. Esto, sumado al aumento en la inflación, le ha costado sudor y dolor a las familias, que han vuelto a usar fuentes de energía más económicas, pero también más contaminantes.

Ante esta problemática, cientos de municipios de Chile se unieron en la “Cumbre por el Gas a Precio Justo”, iniciativa liderada por la Municipalidad de Chiguayante y su alcalde, Antonio Rivas, para lograr cambios importantes en el actual mercado del gas licuado, y que les permita a los organismos locales ser parte de la distribución de este importante producto.

Su arduo esfuerzo rindió frutos, ya que el Gobierno llegó a un acuerdo con dicha Asociación, y pronto comenzará la distribución de gas entre la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) y los municipios.

En el marco de la IX Cumbre de las Américas, celebrado las primeras semanas de junio en Estados Unidos, los presidentes de Chile y Argentina, Gabriel Boric y Alberto Fernández, sostuvieron un encuentro bilateral para tratar diversos temas, entre ellos, el gas y el cambio climático.

¿Cuál fue el resultado? El mandatario trasandino anunció que volverán a exportar gas a nuestro país desde el mismo mes, y proyectan multiplicar por diez los metros cúbicos que actualmente se envían. Además, acordaron trabajar de manera conjunta para desarrollar la industria del litio, así como para lograr la transición energética y una reconversión productiva sostenible, que apunte a luchar contra la crisis climática.

El gran esfuerzo y trabajo de los municipios demuestra que, desde los gobiernos locales, se pueden hacer grandes cosas, pero falta delegar mayores competencias. De no ser por la alerta de las administraciones comunales, el gas no sería un tema y tal vez, no se hubiese tocado en la bilateral entre Chile y Argentina, lo que podría afectar de manera negativa a la crisis climática.

“La unión hace la fuerza” dice el lema de Bélgica, y con Argentina no solo compartimos la Cordillera de los Andes, sino que también los efectos del cambio climático, como la sequía. Cambiemos el interruptor y prendamos la ampolleta, que si no hacemos algo ahora, más temprano que tarde la luz del planeta se apagará.

Ricardo Naredo Fernández, periodista, licenciado en Comunicación Social UdeC, y encargado de Comunicaciones proyecto bilateral Chile-Argentina “CLAR2030”.

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