Usamos la Inteligencia Artificial (IA) a diario, aún cuando no nos damos cuenta. Para las búsquedas en Google, asistentes de voz, publicidad en las redes sociales e incluso al recomendar una canción en una playlist utiliza esta tecnología.
En las empresas, sirve para ejecutar de forma automática tareas repetitivas que siguen patrones y rutinas. De acuerdo a International Data Corporation, para este año se espera que la inversión en IA crezca en un 23,5%, es decir, tres veces el incremento del 2021.
Las apuestas monetarias en IA serán clave para el futuro, especialmente para optimizar los trabajos y facilitar la vida de los colaboradores. Las compañías que no la incluyan, quedarán rezagadas en la carrera por la transformación digital, y quienes deseen incursionar en esta tecnología deberán enfocarse en tres pilares fundamentales.
En primer lugar, está la automatización temprana. Sí, el comienzo puede ser difícil para quien no sabe mucho de tecnología, pero cuando se da el primer paso, el camino que queda es mucho más sencillo, más aún si se cuenta con un experto capaz de orientar. Este proceso en las empresas es muy útil, ya que adoptar la IA en un área puede significar el crecimiento de muchas otras.
Por otro lado, avanzar en los distintos niveles de la IA es mucho más fácil cuando ya se tiene conocimiento; por esta razón, para implementarla es necesario complementar con la formación de los profesionales, que nos lleva al segundo pilar: el aprendizaje. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, para el 2025 se estima que Latinoamérica requerirá 1.2 millones de desarrolladores de software y es esencial seguir fortaleciéndonos para cerrar esta brecha.
El último pilar es el más complejo, pues se trata de construir un sistema aplicable a todos los rincones de una empresa. Una de las implementaciones más comunes de la IA es la gestión de comunicaciones básicas con los clientes, pero también tiene otras miles de utilidades, como la gestión de datos, la validación de documentos e incluso el análisis del lenguaje humano para que el sistema entienda las interacciones en redes sociales automáticamente, detectando el estado de ánimo del cliente. Gracias a sus múltiples funciones, la IA no se limita solo a compañías ligadas a la tecnología, sino que puede ir desde el sector sanitario hasta el retail, pasando por la agricultura, minería, seguridad y muchas otras actividades.
Lo cierto es que la IA tiene muchos beneficios: ayuda a que las empresas aumenten la competitividad en el mercado, aceleren la innovación y mejoren los márgenes y productividad de los empleados. Por lo mismo, es una obligación conocer acerca de ella para quienes estén interesados en trabajar de la mano de la tecnología y avanzar en la transformación digital. Claro, esta evolución no se producirá de la noche a la mañana, pero dar un primer paso es fundamental para abrir miles de puertas que permitan seguir creciendo y avanzando hacia un futuro de la mano de la tecnología en IA.
Norman Riquelme, gerente de Tecnología en Apiux Tecnología.