Convivimos con una comunidad de microrganismos que se han desarrollado con nosotros desde el parto y que cuando somos adultos superan con creces nuestro número de células. Estos pueden controlar gustos alimenticios, emociones, peso y el desarrollo de ciertas patologías. Asimismo, están en comunicación constante con nuestro segundo cerebro: el Sistema Nervioso Entérico, mediante la producción de moléculas de señalización y ayudándonos en la digestión y absorción de nutrientes.

Al respecto, podemos decir que somos “superorganismos” gobernados en parte, por interacciones con los microrganismos que hospedamos.

La microbiota intestinal es una comunidad altamente diversa, incluso más que las comunidades microbianas encontradas en el suelo y los océanos. Esta variedad junto a sus interacciones es tan alta que se ha empezado a considerar como un órgano metabólico, con funciones en la nutrición, regulación de la inmunidad e inflamación. Su alteración en seres humanos puede producir enfermedades tales como asma, inflamación crónica, obesidad, esteatohepatitis, depresión, Alzheimer, diabetes tipo II y cáncer, asimismo los organismos que crecen en laboratorios libres de gérmenes también presentan atrofia o alteraciones en varios de sus órganos.

Los microrganismos del intestino son determinados y cambian de acuerdo con el tipo de dieta y la cantidad de alimento, incluso muchos de esos microrganismos pueden ser indicadores del estado fisiológico. Nuestra microbiota se ve afectada por el exceso de compuestos disruptores en nuestra dieta, ya que los antibióticos, pesticidas o contaminantes pueden causar alteraciones irreversibles en las comunidades bacterianas y promover la aparición de patologías.

En este sentido, la incorporación de alimentos funcionales, pre y probióticos en el contexto de una dieta saludable parece ser una de las mejores maneras de mantener el equilibrio de esta enorme comunidad de microorganismos que es parte de nosotros.

Felipe Contreras, académico Instituto de Ciencias Naturales Universidad de Las Américas, sede Concepción.

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