¿Sabía usted que hacer “homeschooling” (no enviar al niño al colegio y enseñarle en casa) está terminantemente prohibido en Alemania?

Las razones son cuatro:

1) Es difícil que los niños pobres se centren en los estudios. Los granjeros solían usar a los niños en los campos para trabajar, lo que les llevaba a asistir a la escuela muy esporádicamente. El exigir que los niños fueran a la escuela aseguraba que sus familias no les obligaran a hacer otros trabajos en vez de estudiar.

2) Al enviar a los niños al colegio los padres no pueden adoctrinarlos religiosamente de la forma en que lo harían si estos niños no tuviesen contacto con otros.

3) Para los alemanes la educación no tiene que ver sólo con el conocimiento impartido, sino también con crear “ciudadanos responsables que participen igual y responsablemente de los procesos democráticos de una sociedad pluralista”.

4) Fue un intento para mezclar a las clases. Los burgueses en su momento habían, de cierta forma, comprado la educación para sus hijos al asignarles tutores especiales. Pero la constitución de Weimar (adoptada en 1919) abogaba por la idea que niños de todos los estratos sociales pudieran asistir al colegio juntos.

Las multas por no enviar a los niños al colegio pueden ser bastante costosas. En 2006 se cursaron varias infracciones que iban desde los 850 dólares (660 mil pesos chilenos) -en el caso más “barato”- hasta los 10.000 dólares (7.7 millones de pesos chilenos).

Alemania no es el único país que prohíbe el homeschooling: en Suecia tampoco se permite salvo en circunstancias excepcionales. Las multas en este país pueden llegar hasta los 20.000 euros (18 millones de pesos chilenos) por niño… al año.

Víctor Montero
Ilustrador

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