Por primera vez, la Política de Vivienda se enmarca en una Política de Ciudad. Se avanza en la aspiración de ciudades más justas, más compactas y más diversas socialmente.

El Minvu anuncia que, con contabilidad a octubre 2025, el Plan de Emergencia Habitacional (PEH) ha llegado a un cumplimiento que supera el 88%, lo que prácticamente asegura el logro de la meta de 260 mil viviendas materializadas al próximo mes de marzo.

Más destacable es que estas viviendas están en prácticamente todas las comunas de Chile, que tienen un metraje y una calidad técnica muy superior a las viviendas públicas de tiempos anteriores, y que se haya podido efectuar este programa en la fase más compleja y desafiante que ha tenido el sector de la construcción y el monto de financiamiento en décadas.

Lo más importante es que, estas viviendas se han definido en proyectos que tienen gran calidad urbana. La casi totalidad de estas casas y departamentos se han llevado a cabo al interior del casco urbano de ciudades y localidades. Así las familias, junto con tener una solución habitacional de mejor estándar, están localizadas en un entorno con buenos servicios y equipamientos urbanos.

Por primera vez, la Política de Vivienda se enmarca en una Política de Ciudad. Se avanza en la aspiración de ciudades más justas, más compactas y más diversas socialmente.

Quedan muchos pendientes, aunque avanzan en el Congreso Nacional las disposiciones legales y reglamentarias que permitan la extensión de este programa de Emergencia Habitacional, para que esta acción se asuma como “tarea de Estado”, más allá de cada Administración gubernamental.

Se debe enfatizar la organización de los Comités para la Vivienda, porque sin participación, ahorro y responsabilidad de las familias demandantes, se avanzaría con mayores dificultades. También debemos mejorar en tecnologías constructivas de la Vivienda Industrializada, lo que podrá implicar rebajas importantes en costos y en tiempos constructivos.

Por otra parte, requeriremos urgentemente más recursos para la Vivienda Social en Chile y particularmente más “suelos interiores” para sostener la viabilidad del Programa. En particular avanzar decididamente en el Programa Especial para Trabajadores, el PET, donde las empresas aportan los terrenos, los trabajadores su ahorro y organización y el Minvu los Subsidios.

Ello debe permitir que haya más poblaciones con fuerte arraigo empresarial, con organización preestablecida y con fortaleza y seguridad ciudadana. Más “Papeleras en Puente Alto” debiera ser una consigna en todas las ciudades de Chile, y el sector minero, frutícola, salmonero, forestal y de comercio y los servicios, tienen la palabra.

Finalmente es destacable que en algunas regiones se hayan sobrepasado claramente la meta comprometida. Así ocurre en La Araucanía, donde la brecha de déficit habitacional es histórica. Allí ha habido una cooperación fuerte con las constructoras y desarrolladoras privadas y un gran compromiso de los comités y las organizaciones de las familias demandantes.