Daniel Rojas, denunciante de Tito Rivera, negó ser homosexual y acusó a la iglesia de reducir su relato ante la Oficina Pastoral de Denuncias (Opade), omitiendo ciertos detalles como el de la droga que le habría dado el acusado.

Que no tiene asidero racional, que en la demanda ante la Opade no incluyó haber sido drogado y que la indemnización se rebaje. Eso es parte de lo que el Arzobispado de Santiago planteó en la contestación a la demanda civil interpuesta por Rojas, quien acusa a Ricardo Ezzati de encubrir el abuso sexual que le atribuye a Rivera, en dependencias de la Catedral Metropolitana.

En la defensa a Ezzati, la contestación plantea que “no resulta racional pretender que el Obispo (Ezzati) deba responder por las conductas negligentes o dolosas de los sacerdotes, respecto de los cuales no se encuentra en situación de contigüidad física y supervisión directa y que se encuentran dentro de la esfera de su vida privada”.

Además, pide bajar el monto de indemnización de proceder a favor del demandante, asegurando que es desmedido el monto de 350 millones de pesos que solicita.

Así, la iglesia capitalina puso en duda el relato de Rojas e insistió en más de una ocasión que en este caso pudo existir una relación homosexual consensuada.

“La segunda (opción), aunque no aparece esbozada por ninguno de ellos, es que hubiese existido sexo homosexual entre ambos y libremente consentido, lo que no implica ningún ilícito ni civil ni penal en el ordenamiento chileno, dada la condición adulta de ambos y no puede servir de sustento a ningún reclamo resarcitorio en el ámbito civil”, dice el texto.

“Resulta del todo inusual la explicación del actor para subir a una habitación privada, a pretexto de no querérsele entregar dinero enfrente de unos trabajadores que accidentalmente estuvieran allí. Si el Padre Rivera quería mantener relaciones homosexuales adultas (…) No importa una conducta ilícita de acuerdo al actual Derecho Positivo chileno (…) Resulta rebuscado que para ello tuviese que drogar a otro adulto carente de inclinaciones o intereses en dicho aspecto”, insiste el abogado de la Iglesia.

Radio Bío Bío conversó con el denunciante, Daniel Rojas, quien acusó al Arzobispado de denostarlo para defender a su representado.

“No soy homosexual. Yo sé lo que viví”

Asimismo, niega absolutamente que se trate de una relación homosexual, apuntando además que “yo no soy homosexual (…) Yo sé lo que viví, sé por lo que pasé”.

Otra de las cosas que puso en duda el estamento religioso es el tema de la droga: “Esta narración que incluye el haber sido víctima de una droga que inhibe la voluntad, pero que curiosamente no toca en un ápice ni la conciencia ni la memoria del drogado (…) Cabe preguntarse cómo el actor puede recordar en febrero en 2019 a casi 4 años de los hechos, detalles que ni siquiera mencionó en marzo de 2015”, dice el documento en el que interviene el abogado del Arzobispado, Ramón Cifuentes.

Sobre este punto, Daniel aseguró que sí lo mencionó, acusando que el relato que aparece en la carpeta investigativa tras el allanamiento es un resumen de lo que contó, debilitando su relato.

El abogado de Daniel Rojas, Alfredo Morgado, consideró que esta contestación muestra la verdadera cara de los altos mandos de la Iglesia Católica.

Uno de los voceros de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Jaime Concha, sostuvo que con esto la imagen de renovación que intenta levantar el administrador apostólico de Santiago, Celestino Aós, queda en el suelo.

Por su parte, la abogada de Tito Rivera, María Sandra Pinto, defendió que -a su juicio- la respuesta del Arzobispado recoge los hechos concretos.

Radio Bío Bío se comunicó con el Arzobispado de Santiago, desde donde no hubo respuesta respecto de este tema.