La ola de incendios forestales que vivió -entre otras- la región del Maule y que consumió el 0,77% de la superficie continental del país, afectó significativamente al turismo local. Las personas que suelen aprovechar estos meses para vacacionar, decidieron quedarse en casa para evitar posibles infortunios. Además, la alta contaminación ambiental, producida por la presencia de humo, también fue factor determinante para no salir en este descanso veraniego.

Ante tal realidad, las autoridades regionales decidieron postergar el periodo de veraneo hasta Semana Santa y se hizo un llamado a todos los chilenos para que veranearan en las costas maulinas. “El reforzamiento de la actividad turística generará ingresos para muchas personas que están siendo muy perjudicadas”, precisó el subsecretario de Obras Públicas y coordinador para la reconstrucción, Sergio Galilea.

Además, acotó que no existe ninguna razón para que las personas no disfruten de las vacaciones en estos lugares. “Las zonas afectadas requieren una esperanza y esa esperanza no es solo la donación, es también el compromiso de creer y de apostar por el turismo”.

Al parecer, la exhortación a turistear en la región surgió efecto. Así lo aseguran los hosteleros de Pelluhue, quienes dejaron de percibir ganancias durante enero y parte de febrero. “Esta temporada fue muy mala, nadie venía, nadie llegaba. Claro, sabíamos que todo era por los incendios (…) Sin embargo, el panorama ha ido cambiando durante los últimos días, aunque no sirve de mucho, porque ya las vacaciones se terminaron, ya van a iniciar las clases”, contó la señora Marisol Salas.

Sin embargo la realidad es distinta para el señor Fernando González, un vendedor de juguetes playeros, que se acerca todos los fines de semanas a las playas de Pelluhue para ofrecer sus artículos. “Tengo 16 años trabajando en esto y me atrevo a decir que este año fue mejor que el anterior (…) Claro, poca gente, pero mis ventas no disminuyeron, ¡todos me compraban!”.

Los Datos

Sernatur informó que el turismo en las zonas afectadas por los incendios forestales disminuyó entre un 20 y 25%.

En tanto, según información suministrada por Margarita Andía, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Talca (CCT), el turismo en la región, para enero había disminuido un 5% aproximadamente en comparación al año anterior.

“Todo estaba vacío, no había veraneantes y, los que estaban, es porque tienen sus propias cabañas (…) Los comerciantes quedaron con todo comprado pensado en dos meses para atender a sus turistas y lamentablemente perdieron eso”.

A pesar de que muchas playas de la región no fueron afectadas por los incendios forestales, empresarios turísticos reportaron desistimiento de reservas tomadas con anterioridad y baja afluencia de clientes.

Grandes y pequeños comerciantes manifiestan estar con el ánimo por el suelo, ya que auguraban una temporada histórica y de importantes ganancias, pero la realidad ha sido otra. “Estamos complicados, pero entendemos la emergencia (…) Se invirtió mucho y se hicieron mejoras”, comentó un hostelero que prefirió no ser identificado.