Un duro golpe recibió el periodismo penquista este viernes tras la noticia del deceso de Alipio Ortega, renombrado fotógrafo y periodista.

A la hora de ser recordado, se destaca -principalmente- tanto su calidad humana como profesional, la cual le permitió ser parte de varios medios durante toda su trayectoria.

Sonnia Mendoza, periodista y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, compartió labores de corresponsalía con Ortega para el diario LUN por más de una década, indicando a BioBioChile que la muerte de su colega es algo “terrible”, acotando que “es una sensación de pérdida grande, porque con Alipio fuimos muy cercanos. En realidad, él fue muy cercano a mucha gente”.

Asimismo, también compartieron aula en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción, época en que Alipio vio interrumpido sus estudios por un tiempo tras ser detenido durante la dictadura.

Detención en dictadura

“Alipio fue un detenido político, él nunca ocultó su pasado político (…) Él tuvo un desarrollo profesional un poco inestable, porque por las circunstancias de la época -no voy a apuntar a nadie- los medios estables de Concepción no lo contrataban”, reflexionó Sonnia, resaltando la figura de Patricio Gómez como quien “se jugó el pellejo” para que fuese contratado en su momento en El Mercurio.

En esa línea, en relación a la detención de Alipio, Mendoza aseveró que “no es que lo tuviese como una bandera, pero tampoco le rehuía ni la escondía”, sosteniendo además que “Alipio sin duda que lo pasó muy mal. Él estuvo detenido en la Base Naval, él fue sometido a torturas”.

“Alipio Ortega, voluntario”

A lo largo de los años de compartir labores periodísticas, fueron varias la anécdotas compartidas entre Sonnia y Alipio, aunque a la hora de rememorar dichos años, Mendoza hace foco en una particular.

Corría julio de 1989, fecha del accidente que mató a 21 mineros en el sector de Los Castaños, en la comuna de Curanilahue, tragedia en la que compartieron -como era costumbre- el trabajo de reporteo.

De acuerdo a lo señalado por la profesional, Alipio “siempre era tan amigable, siempre andaba con su cajetilla de cigarrillos, ofrecía un cigarro y siempre abrió puertas. Él siempre tenía esa delicadeza y se hizo amigo, mientras reporteábamos, de un grupo de mineros, de voluntarios, de gente de Curanilahue que estaba ahí para ayudar, que cada cierto tiempo bajaban al socavón a reemplazar a quienes estaban trabajando abajo”.

Acto seguido, mientras un nuevo grupo de ayuda se prepara para bajar, la periodista indicó que “en eso veo que va mi buen Alipio y que se había conseguido un traje de agua amarillo amplio, por lo que la cámara la llevaba debajo”.

“Cuando le preguntaron su nombre, porque había una personas que controlaba la bajada, entonce él dijo ‘Alipio Ortega, voluntario’ y bajó”, recordó, afirmando que aquella “movida” les permitió tener un detalle más acabado del lugar, para -por ende- lograr una mejor crónica de aquél trágico hecho, esto pese a haber sido delatado momentos más tarde por otro colega.

Calidad humana y profesional

Al momento de recordar a Ortega, Mendoza fue categórica al sostener que “en Alipio estaban todas las cualidades de un gran profesional de la comunicación”.

“Él fue integro. Nadie podría decir algo distinto de Alipio, porque él fue integro en lo personal y en lo profesional”, expuso, agregando que “él nunca llegó a Las Últimas Noticias con una foto trucada u inventada, al contrario (…) Fue un apasionado de la fotografía, él amaba lo que hacía”.

Sonnia y Alipio se vieron por última vez el pasado martes, para hablar sobre un proyecto de un libro sobre la vida de los reporteros gráficos de Concepción, el cual -aseguró la profesional- lo mencionará a él. “Él era una persona única”, sentenció.

El velorio de Alipio Ortega se realizará en la Parroquia San Francisco de Asís del sector Lorenzo Arenas, mientras que su funeral será el domingo a las 11:20 horas en el Cementerio General.