“Quiero morir dignamente”. Con ese fuerte y claro mensaje se despidió la médica penquista y exacadémica de la Universidad de Concepción Liliana Ortiz, quien optó por un tratamiento de sedación paliativa para dejar de sentir dolor.

La mujer falleció el 19 de julio en su domicilio en San Pedro de Paz, tras lidiar desde 2019 con un agresivo cáncer de mama. Pero previamente, decidió dejar un video donde relató su larga y dolorosa lucha contra la enfermedad, y las razones que la llevaron a tomar su decisión. Registro que volvió a abrir el debate sobre la muerte digna.

En conversación con Podría Ser Peor, el marido de la exdocente, el anestesiólogo Hugo Soto, detalló los complejos momentos que vivieron desde el diagnóstico, pasando del llanto, la desesperanza y la reflexión.

Aseguró que la mejor forma de conllevar este tipo de situaciones es “poder tener tiempo de confrontarla, de conversarla y de darle el paso a todas las etapas que tienen que realizarse para que finalmente esto no termine en una gran tragedia, sino en una sensación de paz y tranquilidad, y de tarea cumplida”.

El profesional detalló que, en la etapa terminal, la persona “se vuelve muy dependiente de la atención de otros y es muy sufriente. Entonces, esto de vivir dignamente y morir dignamente tiene que ver un poco con eso, con no querer ser un lastre ni estar dando lástima a nadie. Ella siempre fue una mujer muy trabajadora, formadora además de gente, de muchas generaciones, entonces ella tenía claro que no solamente en el aula enseñaba, sino que en tu actuar, en el diario vivir, en cómo se hacen las cosas, en la pasión que se pone a las cosas”.

La doctora quería que “a través de su experiencia de vida, también del término de la vida y de muerte, poder enseñar al resto de las personas que esta es una buena forma de enfrentarlo”, afirmó su esposo.

Respecto a la personalidad de su esposa, recordó que “tenía una gran fortaleza, que la fue desplegando a lo largo de su vida y cada vez se fue alimentando de todas las cosas positivas, y eso mismo ella lo transmitía”.

Aseguró que su caso tocó a muchas personas por la transparencia de Liliana, de su buena intención y porque marcó a la gente con la que trabajó de una u otra forma.

Es más, afirmó que a todas las personas que le han expresado condolencias por su partida, él les manifiesta que “estamos tranquilos y orgullosos por haber sido parte de su vida. Yo tengo la sensación de que no murió a los 47 años, tengo la sensación de que vivió 90 años, pero comprimidos en estos 47 años”.

Legislación

Soto explicó que la sedación paliativa es diferente a la eutanasia, y que en la última hay una carga moral, ético y religioso que hace más difícil legislar y regularla. Sin embargo, continuó, “cuando uno se ve personalmente enfrentado a situaciones en que se plantea poder utilizar alguna de estas herramientas, realmente preferiría que esto estuviera dentro del marco legal”.

En esa misma línea, indicó que espera una discusión seria y un acuerdo para regular la eutanasia en un marco de cumplimiento, con una serie de pasos previos y con todo bien estipulado, para que se pueda aplicar en las políticas públicas y privadas, y no se coarte la opción a las personas que lo necesiten.

Respecto a la sedación paliativa indicó que es más fácil protocolizarla y poder empezar a ejecutarla de manera más universal. “En la actualidad se está realizando de distintas maneras, en distintos protocolos, no es algo nuevo, es algo que ya se está utilizando, pero la gente no conoce esta alternativa ni sabe que puede tener acceso”, aclaró el anestesiólogo, recalcando que es una opción legal.

Precisó que ambos métodos son distintos porque en “la eutanasia el objetivo es que, a través de la administración de uno o más fármacos, se obtiene la muerte del paciente y eso es lo que no está regulado todavía; en cambio, la sedación paliativa es una herramienta en que uno utiliza medicamentos que hacen que el paciente no tenga una conciencia de sus síntomas, que a esas alturas del partido son insufribles”.

Por eso reconoció que el sistema tiene falencias y que hay que seguir trabajando para que las personas pueden tengan acceso a métodos que les permitan morir dignamente.

Revisa la entrevista completa a continuación: