Una llamada a las autoridades a tomar conciencia de la situación que enfrentan los jardines infantiles particulares realizó la dueña de un establecimiento que tras 15 de funcionamiento cerró definitivamente, por los efectos que generó la pandemia. La sostenedora pidió acelerar las soluciones, porque otros establecimientos podrían seguir el mismo camino.

En total son 12 jardines infantiles y salas cuna particulares que han cerrado en la región del Bío Bío durante la pandemia, uno de ellos es el jardín infantil Balú de Talcahuano, que estaba ubicado a pasos de la plaza de armas, en Aníbal Pinto 276.

Fueron 15 años de historia en la comuna puerto, que terminaron por la difícil situación económica que enfrentaron a causa de la pandemia. En este caso, cinco personas perdieron su trabajo.

En marzo los apoderados dejaron de pagar la mensualidad, terminaron los convenios con las empresas y tras soportar unos meses, comentó su sostenedora, Carolina Gutiérrez, no hubo forma de seguir adelante.

Cierra el recinto y quedan deudas, dijo quien fue la propietaria del jardín infantil de Talcahuano, porque nunca recuperó la inversión que hace poco tiempo había realizado en el establecimiento.

Tenían una matrícula de 35 niñas y niños. Quien fue su dueña ve difícil la reapertura sólo en arriendo gastaban más de un millón de pesos. El escenario para el resto de los establecimientos de este tipo es incierta, por eso llamó a las autoridades a tomar conciencia, agregando que el crédito Fogape no es una opción.

Fue en mayo cuando la Asociación de Salas Cuna y Jardines Infantiles particulares comenzó la gestiones con autoridades de Gobierno para solicitar un apoyo al sector.

El seremi de Educación, Fernando Peña, se ha reunido con las voceras de la agrupación y manifestó que se analizan eventuales ayudas para los jardines infantiles particulares.

Son 12 los jardines infantiles y salas cuna particulares que han cerrado en la región y otros tres creen en la agrupación, podrían cerrar en los próximos meses.