El conflicto entre una comunidad y los dueños de un condominio en Panguipulli mantiene preocupada a una familia cuya casa se encuentra a sólo metros de la disputa. El pasado 16 de febrero vivieron una noche de terror, luego que desconocidos atacaran la casa familiar. Al lado del inmueble, una joven falleció producto de un disparo.

Todo ocurrió al lado del Condominio Riñimapu en la comuna de Panguipulli, región de Los Ríos, en un terreno de 19 hectáreas, ubicado en el desagüe del Lago Riñihue. Actualmente se investiga un conflicto de tierras entre los residentes y la comunidad Llazcawe.

Al lado del sitio está la casa de la familia de Gonzalo Peña Figueroa, arquitecto y músico de 38 años. Su bisabuelo compró el terreno en 1926, inmueble donde crecieron su madre y sus tíos.

En los años 50′ construyeron la primera casa, la que fue destruida durante el Riñihuazo posterior al terremoto y tsunami de 1960. Luego levantaron lo que sería la actual vivienda donde comparte toda su familia.

Son vecinos del condominio de lo que fue originalmente parte del fundo, el que se vendió en los años 70′, señaló Gonzalo. En el lugar se construyó el ex Hotel Riñimapu, el que funcionó por cerca de 46 años.

Pese a que el terreno era privado, Gonzalo Peña Figueroa, en entrevista con BioBioChile, dijo que podían acceder a recorrer, lo que cambió los últimos años tras el loteo y posterior instalación de cercas.

La propiedad fue delimitada, e incluso, según Gonzalo, el cerco llegaba hasta el mismo lago, lo que dijo que les molestó. “Me parecía casi criminal, porque se bañaban muchos niños”, enfatizó. Incluso ellos mismos cortaron con alicates los alambres producto del peligro que presentaba.

El arquitecto y músico agregó que por el terreno de su familia siempre hubo acceso peatonal al lago, el que era ocupado principalmente por personas que iban a visitar la zona.

Un ambiente de tensión

Pese a lo anterior, Gonzalo señaló que como vecinos no tenían ningún tipo de problema.

El pasado 23 de noviembre, miembros de una comunidad mapuche ingresaron al condominio, en específico donde hay espacios comunes de las familias del condominio, presuntamente por la recuperación del borde del lago y del río. Luego se habrían tomado unas cabañas desocupadas en el mismo terreno, agregó Gonzalo.

Pese a este hecho, su familia se desentendió del conflicto, ya que no les correspondía tomar parte. “Siempre entendimos que era un tema de uso del borde, por ende creyendo que era algo que se podía zanjar con Bienes Nacionales, y esa es la esperanza que tenemos que se haga”, añadió Gonzalo.

Al pasar los días el ambiente comenzó a cambiar dijo Gonzalo. Era de tensión.

El mencionado paso peatonal para el acceso al lago se agrandó y personas comenzaron a pasar en vehículo, algo que antes no había ocurrido. También añadió que se comenzó a sentir la presencia de malos olores producto de residuos.

Al ser vecinos dicen que los conocen, pero que aún así la sensación no es la de antes.

El ataque a la casa familiar

“A nosotros nunca nos había pasado algún tipo de intervención”, indicó Gonzalo, por lo que siempre se mantuvieron a “raya” del conflicto del terreno. Todo cambiaría la noche del 16 de febrero.

Durante el día él bajó a bañarse al lago, y algo le llamó la atención. Se trató de una gran cantidad de carpas con personas que, según él, no eran de la comunidad.

Esa noche un incendio destruyó una vivienda, el quincho comunitario y el portal del condominio. Esto al lado de la casa de la familia de Gonzalo.

“Escuchamos balazos, no vimos nada obviamente, pero escuchamos muchos balazos. Escuchamos gritos, y en cosa de minutos vimos como ardieron tres construcciones distintas (…) todo esto en media hora”, relató el arquitecto.

Se vieron rodeados por fuego, pero la casa de ellos seguía intacta.

A eso de las 23:00 horas, cerca de cuatro personas llegaron a la propiedad de su familia con piedras y otros elementos. Amenazaron a uno de sus primos por su nombre. “Pensamos que venían a quemarnos”, añadió.

Mientras estas personas rompían los vidrios del primer piso de la casa, Gonzalo y su familia preparaban sus cosas para salir del lugar.

“Gritaban que nos fuéramos si queríamos vivir”, agregó Gonzalo.

Lograron sacar computadores, ya que estaban realizando teletrabajo, y las llaves de los vehículos. Se preparaban para salir, cuando justo llegó Bomberos y Fuerzas Especiales.

En su relato el joven manifestó que “en cosa de cinco o diez minutos no quedaba nadie”.

Esa misma noche Emilia Herrera (25), cercana al Lof Llazcawe y que esa noche se encontraba en el lugar, murió tras recibir dos impactos balísticos.

Las versiones del Lof y la de los integrantes del condominio son completamente opuestas.

Las personas que viven en la zona señalaron que una turba de desconocidos los atacó a disparos, los cuales habrían herido a la joven, mientras que desde la comunidad responsabilizaron a los guardias del condominio, asegurando que ellos dispararon mientras expulsaban a personas que acampaban cerca de la playa.

El caso se encuentra en investigación, mientras que el intendente de la región de Los Ríos, César Asenjo, dijo al día siguiente que el lugar se encontraba con resguardo policial y que fue personal de seguridad el que llamó a Carabineros por un ataque.

Tras el ingreso de la policía se controló una camioneta y se detuvo a siete personas, a quienes se les encontró una escopeta.

Karina Riquelme, abogada de la familia de la víctima, presentó una querella criminal contra tres personas y quienes resulten responsables por la muerte de la joven. Estas tres personas están en prisión preventiva.

Sensación de inseguridad

Actualmente sus tíos viven en la casa, luego que sus abuelos fallecieran a principios de año producto de la covid-19. Esto pasó con ocho días de diferencia.

Pese a que la vivienda se encuentra habitada, la sensación es de inseguridad.

“Una cosa es vivir en condiciones normales (…) pero aquí es casi como una esclavitud porque no se puede dejar la casa sola. Por otro lado, vivir con una profunda angustia, con mucha incertidumbre a qué es lo que va a pasar, porque nosotros en la posición en la que estamos no podemos hacer nada, ni por un bando ni por el otro. No tenemos ninguna asociación con el condominio, ni tampoco somos parte del lof”, agregó Gonzalo.

El arquitecto y músico manifestó que no tienen cómo aportar a que se termine el problema, pero sí quieren que se solucione. Por eso esperan que algún organismo de Estado se involucre y logre mediar en el conflicto, agregando que la única presencia que ven es la policial.

Tal como informó Radio Bío Bío de Valdivia previo al ataque, los vecinos integrantes del condominio presentaron una querella contra quienes resulten responsables, en calidad de autores, cómplices o encubridores, de los delitos de interrupción ilegal de la vía pública; daños calificados; usurpación violenta; amenazas y robo con violencia, sin perjuicio de los restantes delitos que se pudieren acreditar en el curso de la investigación.

Por su parte, desde el Lof reconocieron acciones de recuperación, enfatizando en que estas comenzaron tras los loteos, instalación de inmobiliarias y el cierre al acceso a la playa, entre otros casos.

Una investigación de La Radio dio cuenta que en el condominio Riñimapu no existiría antecedente alguno de Título de Merced sobre el terreno.