El doctor Martin Thiel, académico de la Universidad Católica del Norte, es el iniciador del proyecto de ciencia ciudadana “Científicos de la basura”, una gran iniciativa que funciona desde 2007 y que fue presentada a los asistentes del Congreso Internacional de Áreas Marítimas Protegidas, IMPAC4.

A medida que crecen las poblaciones, aumentan proporcionalmente la cantidad de basura. La región de Coquimbo, sus playas y ríos han sido testigos de este considerable incremento de la población y por ende también de sus desechos.

Camila López | BBCL
Camila López | BBCL

Por ello es que en 2007, un grupo de investigadores de la Universidad Católica del Norte comenzó a aplicar este proyecto inédito en el país. La idea era conformar un grupo, junto a escolares, para ir a las playas y ver e investigar el problema de la basura.

La iniciativa resultó de maravilla, los estudiantes motivados por la aplicación de métodos científicos y la descontaminación de zonas costeras comenzaron a integrar el grupo denominado “Los científicos de la basura” y que actualmente son una Red Nacional de Investigación Escolar a lo largo de todo Chile.

José Miguel Sepúlveda, un profesor del colegio Eusebio Lillo en Coquimbo, además de enseñar las asignaturas obligatorias, trabaja con los alumnos en el proyecto “Científicos de la basura”.

Al respecto, expresa que “este trabajo ha sido maravilloso, porque los niños se dan cuenta ahí in situ de la problemática de la basura y van tomando consciencia del problema que existe”.

Los estudiantes de 5° a 8° básico son los encargados de realizar esta espectacular misión la que realizan a través de una metodología científica de muestreo para realizar posteriormente los análisis respectivos de los desechos encontrados. Estas investigaciones han permitido saber de dónde proviene la basura, qué desechos y cantidad son los que más se encuentran presentes en las zonas costeras, y el impacto de esos residuos en los animales que viven en las playas.

Resultados del proyecto

Los análisis efectuados han dejado al descubierto resultados que no son nada alentadores. Lo primero que pudieron descifrar es que los desechos en playas y zonas costeras provienen principalmente de las personas que visitan el lugar o viven cerca, es decir las fuentes locales.

La basura no sólo causa un daño estético, sino además es una fuente transmisora de enfermedades e impacta negativamente en el turismo en la zona, pero sin duda lo más grave es que el roce del agua de mar con la arena hace que la basura plástica se vaya dividiendo en millones de partes lo que se conoce como el microplástico. Estas pequeñas fragmentaciones alojadas en el borde costero son confundidas por comida por los animales que allí habitan: peces, mamíferos, aves, crustáceos, al ingerir el microplástico les obstaculiza las vías respiratorias y digestivas, además del consumo indirecto de plástico de las personas que comen productos del mar.

Agencia Uno | Foto contexto
Agencia Uno | Foto contexto

Otro de los graves problemas que ocurre es que los animales que viven en zonas costeras y que están amenazados por los mencionados residuos, quedan enredados, generándoles grandes dificultades para desplazarse y problemas de crecimiento.

Este año se agregó, además de la investigación realizada en playas, la desembocadura de los ríos, principal zona de flujo de basura al mar. Así pudieron concluir que lo que más se encontró en estas zonas son “Colillas de cigarros”, un peligroso contaminante de napas subterráneas, “El último muestreo que hicimos nosotros el año pasado en la playa de La Herradura, lo que más encontramos fueron estos filtros de cigarro, en comparación con el muestro anterior que lo que más encontramos fue plásticos y micro plásticos este año fueron las colillas”, agregó el profesor a cargo José Miguel Sepúlveda.

Futuro esperanzador

A pesar de los resultados obtenidos, no hay que desanimarse, al contrario, al conocer esta información ya hay motivos suficientes para tomar consciencia y cuidar nuestro entorno. Actualmente los “Científicos de la basura” cumplen 10 años de arduo trabajo, más de 760 escolares han participado de esta hermosa iniciativa a lo largo de todo Chile, las entrevistas y experimentos realizados les ha permitido ser conocedores del borde costero y por ende de los cambios físicos que han estado sometidos.

La Red Nacional de Investigación escolar ha permitido comparar los resultados de la problemática de la basura con otras localidades que viven en el borde costero.

Agencia Uno | Foto contexto
Agencia Uno | Foto contexto

En 2012 pudieron realizar, en Coquimbo, el primer congreso nacional de “Científicos de la Basura”, evento en el que participaron cerca de 26 delegaciones provenientes de todo el país a conocer a los otros estudiantes que se encargaban de realizar las investigaciones; charlas, ferias científicas, exposiciones, talleres prácticos, entre otros.

Hay esperanza, el futuro es de los niños, dicen, pero también el presente, por lo tanto el llamado es a no ensuciar, pensar en el grave daño que se hace antes de botar algo al suelo, también el llamado es para las instituciones y el Estado para que sigan apoyando estas iniciativas, pero además que se pueda crear una ley de mitigación de basura.

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Para el profesor José Miguel “es necesario difundir esta información para conocer lo que está sucediendo con las playas y ríos y darnos cuenta que esta basura va rotando por los ciclos y por los giros oceánicos. Entonces esta basura que nosotros estamos botando al mar, esta basura va girando y va dar a la Isla de Pascua que es una de las playas más contaminadas de Chile”