Los delitos tuvieron lugar el 30 de enero, en una plaza ubicada cerca del Liceo Industrial de Antofagasta. En dicha oportunidad, el hombre amenazó a una pareja, de 18 y 14 años respectivamente, con un arma blanca. Posteriormente, los secuestró y aprovechó de abusar, violar y grabar los ilícitos cometidos contra las victimas.

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Antofagasta, condenó a un hombre por los delitos de violación, secuestro, abuso sexual y producción de pornografía.

En concreto, se sentenció a Héctor José Herrera Castro a la pena de presidio perpetuo calificado en calidad de autor de los delitos consumados de sustracción de menores con resultado de violación y producción de material pornográfico infantil.

A lo anterior, también se le sumó el secuestro y abuso sexual contra un mayor de 14 años.

Los hechos: secuestro, violación y pornografía

Los ilícitos fueron perpetrados el 30 de enero pasado, en una plaza ubicada cerca del Liceo Industrial de Antofagasta.

El tribunal, dio por acreditado que en horas de la madrugada de ese día, “(…) las víctimas de iniciales (…), de 18 y 14 años de edad respectivamente, quienes mantenían una relación de pololeo, se encontraban en la plaza ubicada frente al liceo industrial de Antofagasta”.

Tras esto, “se les acercó el acusado Héctor José Herrera Castro, quien los priva de su libertad ambulatoria mediante intimidación. Primero, por amenazas, luego, utilizando una navaja que le arrebata a una de las víctimas, obligando a (…) a sacarse los cordones de sus zapatillas para amarrar sus manos“.

Posteriormente, Herrera les indicó que “los secuestraría ya que necesitaba $7 millones para salir del país”. Asimismo, añadió que “les haría lo mismo que le hicieron a su hermana, a quien la habían secuestrado. Luego, los hizo desplazarse contra su voluntad hacia un sector cercano a los baños de dicha plaza, específicamente donde guardan los utensilios de aseo”.

En el lugar, el condenado exigió a la pareja que se sacaran los pantalones, procediendo a violar a la joven. Además, la utilizó para efectuar actos de relevancia y significación sexual en contra del muchacho.

El tour de violación y abusos reiterados

No contento con eso, “cerca de las 05:15 horas, el imputado mediante amenazas de muerte con la navaja que mantenía en su poder, obligó a las víctimas, quienes continuaban privadas de su libertad ambulatoria, a trasladarse a pie desde la plaza en la que se encontraban hasta la playa”.

Una vez que se desplazaron por diversas calles de la ciudad, “al llegar a calle Cobija, el imputado nuevamente viola a (…) en varias oportunidades en distintas partes de dicha arteria”.

“Luego de aquello, siguieron avanzando bajo amenaza de que no hicieran nada o les haría daño a uno de los dos. Motivo por el cual continuó la marcha hasta un sector de la playa ubicada en avenida Pérez Zujovic entre calle Cobija y Víctor Jara de esta ciudad”.

En ese sector, otra vez obliga a una de las víctimas a realizar actos de significación sexual contra su pareja. En una de esas oportunidades el imputado grabó esta acción sexual con el teléfono celular de la víctima (…).

Tras varios ataques sexuales, la joven (…) logró arrebatarle la navaja al condenado, arma blanca que entrego a su pareja, quien forcejeó con Herrera Castro hasta que este huyó del lugar. Los jóvenes se desplazaron hacia la vía pública, donde fueron auxiliados por un tercero.

El fallo del tribunal

Por otro lado, el tribunal aplicó a Herrera Castro las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos. Además prohibirle derechos políticos de por vida.

Asimismo, la sujeción a la vigilancia de la autoridad por el máximo de tiempo establecido por el Código Penal y la inhabilitación absoluta temporal para cargos, empleos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales. O que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad, por el plazo de 10 años.

Finalmente, una vez que se aplique la condena, se dispuso que se proceda a la toma de muestra biológica del sentenciado para determinar su huella genética e inclusión en el registro nacional de ADN de condenados.