Mientras en RN disfrutan el dulce sabor de la victoria, en la DC no dudan en responsabilizar al PPD de la dura derrota que sufrieron en el Senado a manos de esta nueva coalición opositora, que tiene "toda la pinta" de ser el próximo pacto para las elecciones.

Sin lugar a dudas que la marraqueta fue más crujiente el pasado miércoles para la oposición, luego de conseguir quedarse con la presidencia y vicepresidencia del Senado, en una jugada que no solo significó una derrota para las fuerzas oficialistas, sino que incluso podría ser determinante para las reformas del Gobierno.

Primero es necesario explicar un punto importante. En general, el Senado es una de las instituciones políticas más republicanas que existe en nuestro país, con un ritmo y tono casi aristócrata, donde es poco usual ver discusiones acaloradas o cuñas incendiarias.

Tras el retorno de la democracia, los presidentes de la Cámara Alta duraban todo su periodo parlamentario. Pero, ante la fragmentación de partidos, a inicios del 2021 se pactó un acuerdo administrativo entre los partidos oficialistas y la UDI para ocupar el cargo por turnos durante unos meses.

Si bien ahora en marzo le correspondía al Partido por la Democracia (PPD), en las últimas semanas, luego que los honorables volvieran de vacaciones, se empezó a enrarecer el ambiente apacible de la Cámara Alta, a raíz de la negociación por un cupo en la comisión de Hacienda.

Según el acuerdo, dicho cupo estaba en manos de la Democracia Cristiana. Pero, también se especificaba que tenía que ser ocupado por la senadora Ximena Rincón. Sin embargo, dado que ahora la parlamentaria del Maule pertenece a otro partido político -Demócratas-, en la falange estimaron que ese lugar era para un senador de sus filas y en donde el nombre que aparecía era el de su némesis, Yasna Provoste.

Así las cosas, el martes se realizó la sesión para elegiar a la nueva mesa directiva, donde era evidente el nerviosismo en las huestes oficialistas, especialmente porque a última hora hicieron correr un papel con el compromiso de dar el cupo a Rincón, pero que no habían alcanzado a protocolizar ante notario.

Lo cierto es que hubo una falsa sensación de victoria en el PPD una vez que resolvieron que el candidato fuera Araya. De hecho llegó su pareja, la exministra Javiera Blanco, seguramente para celebrar en familia.

Habían tenido más de dos semanas para resolverlo, sin embargo, entre los seis senadores de la bancada no daban su brazo a torcer. Según trascendidos, en medio de esto también estaba la mano de la ministra Carolina Tohá, quien intentó vetar el nombre de Pedro Araya, pese a que incluso este último se había hecho militante del PPD hace unos meses, para asegurar el respaldo del partido.

Esto, a contrapelo del ministro Álvaro Elizalde, quien se supone que es el encargado de representar al Gobierno en el Congreso, y que algunos acusan de ser un mero espectador. Aunque, el mismo asegura haber tenido reuniones con parlamentarios, y que a la vista de los resultados, es evidente que fueron un rotundo fracaso.

En medio de la disputa, lo concreto es que finalmente la UDI dio por roto el acuerdo al no tener un respaldo para asegurar el cupo en Hacienda para Rincón. Pero también se supo, que así como desde La Moneda intentaban intervenir a través de la titular del Interior, por su lado la presidenciable gremialista, Evelyn Matthei, logró convencer a algunos senadores de su colectividad para respaldar a José García Ruminot, o “Pepe”, como cariñosamente también lo tratan sus colegas.

Precisamente, rumores de pasillo apuntan a que en el gobierno tampoco miraba con malos ojos que el senador RN por La Araucanía llegara a la Presidencia de la Cámara Alta, debido a su forma dialogante, algo que también valoraron de la anterior presidencia de José Antonio Coloma, quien optó por la conversación, antes de enfrascarse en una disputa permanente con La Moneda.

La “marraqueta crujiente” en Renovación Nacional

Según altas fuentes de Renovación Nacional, el miércoles era “pura alegría” en el partido, considerando que lo sucedido también es una especie de “revancha” a lo que pasó en el anterior periodo legislativo, cuando la Nueva Mayoría prácticamente monopolizó las comisiones y la mesa durante los cuatro años, según acusan.

¿Y por qué es tan importante la Presidencia del Senado? Más allá del hito histórico, el gran botín es que la mesa directiva es la que tiene el control de la agenda legislativa a través de las urgencias. En palabras más simples, tienen el poder para acelerar o retrasar la tramitación de las distintas iniciativas, como por ejemplo la reforma tributaria y de pensiones.

Por lo mismo, en su momento en RN causó malestar que la UDI firmara el pacto con el oficialismo, pese a lo cual siguieron trabajando coordinados como Chile Vamos. “Hay más unión de lo que ustedes creen”, nos confidencia un senador de la tienda de calle Antonio Varas a BioBioChile.

Para RN además consideran que la llegada de “Pepe” García a la presidencia del Senado es un premio a su trayectoria de más de treinta años en el Congreso, donde de manera transversal destacan que es un “caballero”, muy estudioso de los temas económicos.

Así también, resaltan que después de diecinueve años, nuevamente Renovación Nacional tiene un presidente del Senado, tal como lo fueron Sergio Romero y Sergio Diez.

Lo paradójico, es que en un inicio al interior de la bancada de RN no estaban tan convencidos de que fuera a resultar lo que estaban haciendo. De hecho, una fuente nos relata que luego del voto del senador Luciano Cruz-Coke, recién empezaron a relajarse.

“La hicimos, la hicimos bien y la gente del partido está muy contenta a lo largo y ancho del país. Es una satisfacción que no teníamos desde hace tiempo, decíamos que la marraqueta era más sabrosa”, reconoce uno de los senadores consultados por este medio fuera de micrófono.

Las críticas al Gobierno y al PPD tras perder la presidencia del Senado

En la otra cara de la moneda, en la Democracia Cristiana no están para nada felices con lo sucedido, algo que entienden que va de la mano también de los tiempos actuales, de alta polarización, según reconocen los propios congresistas de la falange.

Para ellos, las responsabilidades están claras. Por un lado La Moneda, a la que acusan de no entender que la DC no es parte del Gobierno, así como también al PPD, por dilatar innecesariamente un debate marcado por la lucha de egos.

En ese sentido, reclaman que el Ejecutivo poco y nada toma en cuenta a la Democracia Cristiana en el debate político, pese a lo cual esperan contar siempre con sus votos. Asimismo, acusaron que en esta pasada el Gobierno tomó palco.

Sin embargo, a la hora de los balances, no dudan en apuntar al PPD, ya que desde el año pasado se sabía que ellos iban a tener que presentar un nombre para presidente del Senado. Pese a ello, hasta el lunes todavía tenían a dos candidatos parapetados en empate.

“A última hora, ya en plena votación, andaban buscando firmar papelitos para llegar a acuerdos, fue patético”, sentencia un senador falangista a BBCL.

De igual manera, en la interna del PPD también se generaron duras críticas contra su presidente, el senador Jaime Quintana, por no lograr alinear a la bancada en su rol de timonel de la colectividad. En chat internos se habló de ineptitud, que es inaceptable, falta de gobernabilidad interna, la mayor derrota política y otros duros comentarios.

Admiten en la interna que la demora en coincidir en un nombre para la presidencia del Senado fue determinante, cuestionando también el rol que jugó Carolina Tohá.

Una nueva coalición de derecha

Para la académica María Pía Méndez Mateluna, profesora de la Escuela de Gobierno y Administración Pública de la Universidad Mayor, lo sucedido hay que entenderlo en un contexto de cálculos políticos futuros, con las elecciones municipales en el horizonte, donde lo sucedido con la senadora Rincón en el fondo fue una manera de justificar el no cumplir con el acuerdo.

“Creo que es una señal de apoyo, es una señal de alianza con Demócratas, no se explica de otra forma más que como un acuerdo político por futuras elecciones”, afirma.

En esa línea, asevera que el Gobierno perdió bastante en varios sentidos. “Se ve que es un Gobierno que está perdiendo apoyo, que está perdiendo posibilidades de sacar adelante proyectos en el Congreso. Ayuda también a apoyar esta narrativa como de que está yendo todo mal, como que las cosas no marchan, que hay solamente cálculo político”, añade.

No obstante, a juicio de la docente de la Universidad Mayor, otro de los principales efectos de lo sucedido con la presidencia del Senado, es el vaciamiento del centro político, ya que la percepción que queda es que Demócratas finalmente decantó por la derecha.

“Los Demócratas que seguían insistiendo en que ellos no eran de derecha, dejan un espacio absolutamente desocupado, o sea, se vacía de contenido político y un poco de figuras claras”, advierte Méndez, quien subraya el descrédito político que este tipo de situaciones va generando.

“En la opinión pública no es bien visto que empiecen con esta pelea chica, a pesar de que obviamente, quien gana en términos súper estratégicos y quien está haciendo un poco una jugada de gallito donde salió ganando un poco, efectivamente fue esta como nueva coalición de derecha”, enfatiza.

“Hay un nuevo equilibrio, acuerdos políticos ya más abiertos y una fuerza de una coalición de derecha abierta, declarada, que obviamente hace que se mueva la balanza en esa dirección, y que dificulta que hayan acuerdos más transversales”, concluye la experta.

Así las cosas, al regreso de la semana distrital se viene otra guerra en el Senado, sobre todo en Hacienda, donde todo indica que el comunista Daniel Núñez deberá ceder su lugar al Evopoli, Felipe Kast, dejando con mayoría a la oposición.

Si así sucede, sería la derrota total, no solo para el oficialismo, sino que también para el Gobierno. Aunque, no sería la última.

En poco más de un mes, la semana del 15 de abril, todo apunta a que sucederá lo mismo en la Cámara de Diputados, donde el PDG está presionando para llegar a la testera apoyados por Demócratas y Chile Vamos, dejando “sin pan ni pedazo” -otra vez- al Partido Comunista, y con La Moneda sin ningún tipo de control o influencia en las mesas directivas del Congreso.